Padre Teide central, montaña de Ajódar a la izquierda y las olas acariciando la arena de la playa de Las Canteras al atardecer, anocheciendo ya. Sus 3.718 metros sobre el nivel del mar convierten al Teide en el icono representativo de las islas, el corazón volcánico insular. Si el vocablo Tenerife está semánticamente vinculado al infierno es por este motivo, por la lava que expulsó y la que puede volver a arrojar. Los romanos llamaron Nivaria a la isla de donde brota porque sus laderas suelen estar cubiertas con un manto de nieve blanca como el armiño, sobre todo en invierno. Esta foto fue tomada al final de una tarde estival en la que el Teide aparece oscuro y enigmático porque nadie sabe cuándo volverá a estallar.
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