Éste es el privilegiado lugar donde el siempre ameno Giovanni Bocaccio escribió El Decamerón, una obra maestra de la literatura que contiene humor, picaresca y socarronería. Dentro de las murallas de este castillo napolitano pudo escapar a la epidemia de peste que asolaba Italia. Se le puede llamar de tres formas: Castel Nuovo, Castillo Maschio Angioino o Torre de los Anjou, y fue construido entre 1279 y 1282. El arco de triunfo, confeccionado en mármol blanco y que se ve entre las dos torres oscuras de la derecha, fue realizado posteriormente para celebrar la entrada triunfal del rey aragonés Alfonso I en la ciudad, justamente el 26 de febrero de 1443. Por eso lleva su nombre, Arco de Alfonso de Aragón, y es hoy un mudo testimonio de la presencia española in illo tempore.
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