Una hora y media de sobrecogimiento
con algunos minutos de ineptitud
THE BYE BYE MAN
(NUNCA DIGAS SU NOMBRE)
(2017)
Un guion interesante que conduce
a un resultado gris por la impericia de sus actores. Basada en un capítulo, “The
bridge to Body Island”, de una obra de Robert Damon Schneck, The President’s vampire, la película
muestra la influencia del Freddy Krueger creado por Wes Craven (Cleveland, 1939
– Los Ángeles, 2015). En efecto, The bye
bye man provoca visiones irreales que recuerdan a las pesadillas de A nightmare on Elm Street, y los seres
malignos que las protagonizan son similares.
Doug Jones
(Indianápolis, USA, 1960)
Este actor mímico encarna a un fantasma cuyo parecido con Freddy Krueger es tal que sólo le faltan las cuchillas afiladas en sus largos dedos
La idea de la que parte es atrayente
y misteriosa. No se puede mencionar ni pensar siquiera en el hombre del adiós
porque, si lo haces, vendrá a por ti haciéndote ver cosas desagradables que en
realidad no ocurren, pero que te conducirán a cometer crímenes horrendos para
librarte de esas visiones. El film acaba con el personaje central susurrando moribundo
desde una camilla al oído de una mujer policía la confesión del culpable de
todos los desastres, con lo que la continuación de la saga queda abierta a futuros
capítulos que vendrán, tarde o temprano, habida cuenta de que la producción
costó 7’4 millones de dólares y ya lleva recaudados más de 24.
Cressida Curzon Bonas
(Winchester, Hampshire, Inglaterra, 1989)
Más modelo que actriz, su papel estelar resulta bastante discreto
Las críticas que ha recibido
están siendo muy duras y negativas. Hay quien ha hablado de fracaso
cinematográfico por los ”personajes pobremente desarrollados”, la creación de
una “mitología confusa” y una pobre “edición de horrible calidad” (Kalyn Corrigan).
Jake Dee ha ido más lejos al comentar que verla “produce más risas que sustos”,
lo cual es ciertamente excesivo. Lo único ridículo de la película es un perro
monstruoso, descarnado, que acompaña al hombre invisible y se dedica a devorar
cadáveres, pero no da risa, simplemente resulta perturbador, diabólico y poco
logrado.
Douglas Smith
(Toronto, Ontario, Canadá, 1985)
No está llamado a ser un nuevo y flamante Paul Newman,
pero sí algo que se le acerque un poco a Johnny Depp
La narración se abre con un
parricidio desconcertante. Luego iremos sabiendo que la única forma de acabar
con “el siniestro espíritu del adiós” es aniquilar a cualquiera que haya sabido
de su existencia. El drama que se plantea es el de la noción del mal que se
concita en nuestros pensamientos incluso cuando luchamos por borrarlos y ser
buenos. Un reparto de actores novatos no ayuda a que la película fructifique en
una obra de arte a pesar de los esfuerzos de su directora Stacy Title. La
adaptación que llevó a la pantalla es de su marido, Jonathan Penner, y los
esfuerzos de ambos son meritorios. Incluso disfruta, en las primeras escenas,
de una magnífica fotografía que recuerda a las imágenes en “Kodachrome” propias
de la época inicial que refleja (el año 1969).
No hay ninguna película de terror que sea tan mala como para no
contener, como mínimo, algún momento de desasosiego inquietante
Faye Dunaway es la única actriz
con una carrera consumada que aparece en los créditos. Al igual que Jane Fonda
en “La giovinezza” (2015) de Paolo Sorrentino, la inolvidable rubia que
protagonizara “Bonnie & Clyde” en 1967, a las órdenes de Arthur Penn, hace
aquí un acto de presencia fugaz que gracias a su destreza dramática es capaz de
convertir en oscuro y malévolo. La música resulta un poco estridente en las
escenas fuertes, en cambio, de resto apenas se nota y cabe agradecer la
inclusión de temas nostágicos como el “Bye bye, love” de los Everly Brothers.
Lucien Leon Laviscount
(Burnley, Lancashire, Inglaterra, 1992)
Con su espléndida belleza masculina pone el único
punto de erotismo que contiene la película
Comenzó a ser rodada en noviembre del año 2015 en la ciudad de Cleveland, estado
de Ohio, y se terminó muy rápido, en diciembre. Por las dificultades inherentes
a la costosa distribución por fin pudo verse su primer estreno el 13 de enero
de 2017 en los Estados Unidos. No es mala ni tampoco buena. Es un pasatiempo capaz
de provocar dos o tres momentos de inquietud temerosa en el público.
(Reseña escrita por Andrés González Déniz)
Una vez más queda claro aquí lo peligrosas
que pueden llegar a ser las sesiones de espiritismo