
(Malmö, Suecia, 1931)





La concupiscencia de la dulce vida
Quién hubiera podido ser Marcello Mastroianni
bañándose en la Fontana di Trevi romana
junto a una ninfa walquírica escandinava
para abrazar y besar los labios de un ángel.


Lo que hubiera dado por ser Gianni Agnelli
y vivir un romance en la vida real con Ana,
la diosa que se hizo carne en la pantalla
y alimentó mis sueños cuando era joven.

Dibujo de Milo Manara
(Bolzano, 1945)

Ambas, ciudad y mujer, son inolvidables
Quién pudiera haber visto Venecia en góndola
o recorrer Via Veneto en un descapotable
junto a la mujer que está por encima de todas.


Quien le hizo el amor suplió al resto de mortales
que anhelábamos irrumpir en su alcoba.
Nunca nadie instiló tantas voluptuosidades.

Ella es el verdadero mito erótico del siglo XX

Junto a Henry Fonda en "Guerra y Paz" (1956)

Debió haber bebido en la fuente de la eterna juventud, pero no lo hizo
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