
MUCHACHA ESPERANDO EL MOMENTO
Cada vez que paso te veo sentada otra vez
en el banco que ahora es como un corazón roto,
podrido y astillado. Estás en él y yo solo
contemplándote. Te llamabas Gloria, como tal vez

el lugar en el que estás ahora, y como también
era la hermosura de tu cuerpo esplendoroso.
Recuerdo la rotunda postura altiva de tu torso
y el miedo a confesarte el deseo, mi timidez

que muda pasaba de largo porque ya habrá tiempo
de hacerme más fuerte y merecedor de tus ojos.
La memoria tiene la culpa de que te siga viendo

como si no se hubieran ido tantos años. Recojo
mis pensamientos y trato de que nadie sepa esto,
pero el dolor me destroza como un cáncer rojo.

En un banco del IES Felo Monzón Grau-Bassas
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