miércoles, 27 de febrero de 2019

La Florencia del Elba fue arrasada por el odio


La ciudad de Dresde en el año 1900. De izquierda a derecha de la imagen: la Frauenkirche o iglesia de Nuestra Señora, la Hofkirche o iglesia de la Santísima Trinidad, el Augustusbrücke o puente de Augusto y la Sophienkirche o iglesia de Santa Sofía

LA DEVASTACIÓN DE DRESDE

Una riada de aviones
disemina láminas de aluminio
para saturar los radares
antes de la primera oleada
de bombarderos británicos.

Lanzan paracaídas con bengalas
de magnesio luminiscente
para delimitar los objetivos.

Los puntos exactos, una segunda razia
de De Havilland Mosquitos,
con pesados indicadores de luces rojas,
la deja marcada
para que a continuación
una escuadra con bombas fragmentadas
perfore, dañe y destroce
la mayor cantidad de edificios.


La Semperoper 
(Ópera Estatal de Dresde)

Por último,
doscientos cincuenta y cuatro
metálicos Lancaster
arrojan blockbusters
con napalm incendiario y explosivo
que mata carbonizando de inmediato
a los ciudadanos alemanes.

Mueren los que creen
encontrar abrigo en los refugios
por falta de oxígeno.
Arden plazas, bibliotecas,
puentes y catedrales.
La vida y la cultura
quedan reducidas
a carne quemada.


(Poema escrito por Andrés González Déniz)



Panorámica de la ciudad germana de Dresde completamente destruida desde la torre del ayuntamiento con la estatua que representa a la bondad contemplándola