domingo, 18 de octubre de 2020

Cuando se detuvo el tiempo en la capital del imperio


"Agripina llegando a Brindisi con los restos mortales de Germánico"
(1768)
Benjamin West
(Springfield, Pennsylvania, 1738 - Londres, Inglaterra, 1820)
(Galería de Arte de la Universidad de Yale en New Haven, Connecticut)

EL RETORNO DESDE ANTIOQUÍA

Se rumorea que en las ciudades
han derribado las estatuas de las deidades
por haber permitido la extinción del gran Germánico.

Culpan a su tío Tiberio, a Plancina y su esposo Pisón.
Es el año veinte, y en el crudo invierno
sube a un barco Agripina
con la urna cineraria de su marido
para llevar los restos a Roma
junto con tres hijos pequeños.


Ruinas del podio de un templo romano en Antioquía de Orontes

 En la isla de Corcira hará un descanso
en el viaje de regreso hasta Brundisium,
la puerta de entrada para llegar al Lacio.

Es recibida con muestras de luto y desconsuelo.
Mientras la llevan en litera por la vía Apia,
se suman patricias dignidades al cortejo.

En Roma la gente llena los tejados
para verla depositar las cenizas.

(Poema escrito por Andrés González Déniz)


"Agripina desembarcando en Roma con las reliquias de Germánico"
(1839)
Joseph Mallord William Turner
(Covent Garden, 1775 - Chelsea, 1851)
(Museo Tate Britain en Westminster, Londres)

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