jueves, 30 de junio de 2011

El onironauta que leí entre los dédalos de la poesía


"Thésée combattant le Minotaure"
(1826)
Étienne-Jules Ramey
(Beaune, 1796 - París, 1852)
Estatua de mármol en el Jardín de las Tullerías de París

VELAS NEGRAS PARA EGEO
O LA METÁFORA
DE UN PARRICIDIO POÉTICO

Regreso a Creta
desplegadas las velas negras
de la muerte.

Egeo, loco de dolor,
se despeña por los acantilados
a un mar que debería llamarse,
para siempre, Decepción.

No me olvidé de izar
las velas blancas;
es que no quise hacerlo.

Cómo decirle a mi padre
que no sólo no pude matar al Minotauro,
sino que en el laberinto
hallé el delirio, la fraternidad,
la alegría con que aman las bestias.


Mosaico romano con Teseo como gladiador
derrotando al Minotauro

TESTAMENTO CIRCENSE

Dejemos la poesía a los trapecistas;
devolvámosle el músculo y el vértigo.
Que aprenda de nuevo a volar sin red.
Entreguemos a los payasos la poesía
y sentémonos con algodón dulce entre los niños
a reírnos de sus zapatones verdes.
Que se valgan de la poesía los domadores;
la sumergerán en las fauces del león viejo
que devorará un día al jefe de la pista.
Dejemos la poesía al hombre bala,
a la mujer barbuda, a los enanos,
a los fértiles, nómadas espejos del fracaso.
Jamás, jamás a los equilibristas.

Abandonemos la poesía
en la incertidumbre de los circos.
La veremos volver entre tambores
curtida de caminos y de asombro,
a devolvernos el temblor y la sonrisa.



LA LLAMADA

Más fuerte
que el aroma de las raíces
al paso del deshielo
y que el olor del miedo
en la garganta de la oveja.

Más agudo
que el tajo del cierzo
en la frontera del alba
y que el trueno del disparo
en el fragor de la caza.

Más hondo
que el silencio del acecho.
Más intenso
que el zarpazo del rayo
es este instinto carnicero
de rastrear tus pasos
por la tierra.



INÚTIL SACRIFICIO

¿Para esto mis arcaicos antepasados
abandonaron los insondables mares primitivos?

¿Para esto mudaron el ritmo de su sangre?

¿Para esto burlaron el frío de los glaciales
y el acecho de los saurios?

¿Para esto tornáronse las zarpas manos,
los gruñidos voces, el instinto olvido?

¿Para esto llegué hasta el fin de los monos?

¿Para que tú aniquilaras
millones de años de evolución
sacando de un soplido el animal
que llevo dentro?


Mastodonsaurus
Vivió en Europa durante la época del Triásico, hace 220 millones de años.
Medía entre 4 y 6 metros de longitud y tenía aletas entre los dedos.
Fue una de las formas de vida anfibia dominante sobre el planeta.
Su reinado duró más de 120 millones de años hasta extinguirse.

CARTA A PENÉLOPE

Te escribo, Penélope,
a orillas de la espera,
hacia no sé qué lugar del mar,
tejiendo escenas de regresos
en la desangelada urdimbre
de la impaciencia.

Decirte solamente
que Ítaca no es la misma
sin ti,
que no tiene el mismo encanto
charlar en el ágora
a la hora en que Apolo
retira el sol en su carro.
Que ha perdido el Oráculo
su confianza de antaño.

Está de más desearte
que te sean los vientos propicios.
Guárdate de los engaños del Hades,
de las islas con cíclope,
de la legendaria envidia de los dioses,
y faltaría a la sinceridad
si no te dijera que también
del dulce canto de los sirenos.

Sin más me despido;
vuélvete a tu odisea
que yo me vuelvo a mi trama,
y aunque desde el día de tu marcha
no he encontrado el hilo,
tejiendo, cómo no,
tejiendo te aguardo.

Tuyo siempre, Ulises.


"Euriclea despertando a Penélope"
(1772)
Maria Anna Angelika Katharina Kauffmann
(Coira, Suiza, 1741 - Roma, Italia, 1807)
Museo de arte de Bregenz
(Austria)

LA VERDADERA HISTORIA
DE LOS AMANTES DE VERONA

Ella regresó de la muerte
desandando el camino natural del amor.

Él yacía a sus pies,
aún tibias lágrimas y sangre.

Alzó el arma,
dispuesta a reunirse con él
en la fatalidad, en la leyenda.
Y dudó, por un momento:
Verona sin ti...
los deliciosos brocados, las fiestas,
la fortuna de los Capuleto.
Docenas de romeos
trepando a su balcón
en mágicas noches de verano.
Un marido mercader
ofrendándole sedas de Oriente.

Lo besó sincera en la frente
y borró sus huellas de la daga.


"Romeo and Juliet"
(1884)
Frank Bernard Dicksee
(Londres, 1853 - 1928)

ASTRO NO MÍA

Con el potente telescopio
de la nostalgia,
he descubierto que eres
la única estrella que brilla
por su ausencia.

FASTIDIO

No me fastidia
que haya amores que matan,
sino que no vuelvan luego
al lugar del crimen.

(Poemas del escritor canario Pedro Flores extraídos de sus libros La poética del fakir, Diario del hombre lobo, El complejo ejercicio del delirio y De dos que el amor conocen)


Pedro Flores
(Las Palmas de Gran Canaria, 1968)

miércoles, 29 de junio de 2011

De quien buscaba transparentarse con exactitud


Màrius Torres i Perenya
(Lleida, 1910 - Sant Quirze Safaja, 1942)
  
LA PEDRA ANTIGA

Al peu de la calçada, que segles de fatiga
han mantingut oberta del continent al mar,
en un gran erm, cruïlla dels vents i de l'atzar,
s'esgruna al bat del sol la noble pedra antiga.

Ella és tot el que resta de la imposta d'un arc
sota el qual ressonaren les legions romanes
i s'inclinaren les polsoses caravanes.
Ara, només cenyida de groc sisimbri amarg,

els dies i els ocells li roseguen els caires.
sap que mor una mica a cada embat dels aires;
però, serenament acordada al seu fat,

pot donar a qualsevol emperador que passi
una clara lliçó de seny i venustat,
plena d'orgull i pàtina, com un fragment d'Horaci.


Arc de Berà
(Tarragona, año 13 a. C.)

LA PIEDRA ANTIGUA

Al pie de la calzada, que siglos de fatiga
han mantenido abierta del continente al mar,
en un gran yermo, cruce del viento y del azar,
se desmigaja al sol la noble piedra antigua.

Sólo ella resiste de la imposta de un arco
bajo el que resonaron las legiones romanas
y se inclinaron las remotas caravanas.
Ahora, coronada de jaramago amargo,

los días y los pájaros le roen las aristas.
Sabe que va muriendo a golpes de ventisca;
pero, serenamente conforme a su ventura,

puede dar a cualquier emperador al paso
una clara lección de juicio y hermosura,
llena de orgullo y pátina, como un verso de Horacio.

(Traducción de Pere Pena)



MOZART

Enduts d'un ritme fàcil i profund
també els nostres compassos voldrien, un a un,
volar i somriure.

També la nostra llei és una gràcia ardent,
ala d'un ordre en moviment,
ràpida, lliure...

Potser la nostra vida sigui un mal instrument,
però és música, viure!



MOZART

Llevados de un sencillo y hondo ritmo
nuestros compases quieren, uno a uno,
alzar también su vuelo y sonreír.

También es nuestra ley ardiente gracia,
ala en movimiento de este orden,
veloz y en libertad.

Quizá sea la vida un instrumento inútil,
pero vivir es música.

(Traducción de Vicente Gallego)




LA MORT, EN UN MATÍ D'ABRIL

La Mort passava en un matí d'abril. Tan alta
sobre un món desvetllat amb tots els noms florits,
que els núvols s'esfullaven, arran la seva galta,
i els cims nevava la carícia dels seus dits.

Però un fresc perfum de llorer s'elevava
com una veu del món a l'implacable pas.
-Altiva segadora, que per beure'n la saba
segues el camp més fèrtil amb un falç de glaç,

¿de què et val afollar les espigues sens nombre
si et cau una llavor de cada brot que culls?
Quan has passat, el món rebrosta a la teva ombra,
i orenetes vivents s'escapen del teus ulls!

Orgullosa, ¿no saps que sota el teu caprici
la veu dels moribunds és molt més que un sanglot?
Una vida s'encén a cada sacrifici.
Potser ni tu mateixa no pots morir del tot.



LA MUERTE, UNA MAÑANA DE ABRIL

La Muerte recorría la mañana de abril.
Tan alta, sobre un mundo que despertaba en flor,
que las nubes se abrían al rozar sus mejillas
y su caricia helaba la nieve de las cumbres.

Pero un fresco perfume de laurel elevaba
como una voz del mundo a su implacable paso.
-Altiva segadora, que por beber su savia
con hoz de hielo siegas la más fértil mies,

¿qué ganas destruyendo innúmeras espigas
si en cada brote extinto resurge la semilla?
¡Cuando pasas, el mundo rebrota tras tu sombra
y viva golondrinas escapan de tus ojos!

Orgullosa, ¿no sabes que bajo tu capricho
la voz del moribundo eleva su clamor?
En cada sacrificio se enciende nueva vida.
Nada muere del todo. Ni tan siquiera Tú.

(Traducción de Enric Sòria)

[Poemas extraídos del libro de Màrius Torres: Palabras de la muerte, Barcelona, DVD, 2010, 1ª ed., (pról. de A. Jiménez Millán), pp. 172]




martes, 28 de junio de 2011

Sobre las dificultades para comenzar de nuevo


"Hombre mirando la luna"
René Magritte
(Lessines, 1898 - Bruselas, 1967)

STOP AND STARE

 This town is colder now, I think it's sick of us.
It's time to make our move, I'm shakin off the rust.
I've got my heart set on anywhere, but here
I'm staring down myself, counting up the years.
Steady hands, just take the wheel.
 Every glance is killing me.
Time to make one last appeal for the life I lead.
 
 Stop and stare.
I think I'm moving, but I go nowhere.
Yeah, I know that everyone gets scared,
 but I've become what I can't be, oh!
 



Stop and stare.
You start to wonder why you're here, not there,
 and you'd give anything to get what's fair,
 but fair ain't what you really need.
Oh, can you see what I see?
  They're tryin to come back, all my senses push.
Un-tie the weight bags, I never thought I could.
Steady feet, don't fail me now.
I'm gonna run till you can't walk,
 but something pulls my focus out
 and I'm standing down.

 



Stop and stare.
I think I'm moving, but I go nowhere.
Yeah, I know that everyone gets scared,
 but I've become what I can't be, oh!
Stop and stare.
You start to wonder why you're here, not there,
 and you'd give anything to get what's fair,
 but fair ain't what you really need.
Oh, you don't need.
Stop and stare.
I think I'm moving, but I go nowhere.
Yeah, I know that everyone gets scared.
 I've become what I can't be.
Oh, do you see what I see?

(Canción del grupo "One Republic" publicada
como disco sencillo en el año 2007)





DETÉNTE Y MIRA

 Siento la ciudad más hostil ahora, creo que se cansó
de nuestra aventura. Es el momento de irse 
para sacudirme el óxido de nuestra rutina. 
Cifro mis esperanzas en cualquier otro lugar
que no sea éste. Lo analizo fríamente,
hago un repaso a los años vividos aquí,
y mis manos se agarran con firmeza
al volante para escapar de una vez por todas.
Me mata cada mirada tuya de reproche.
Es hora de hacer la última tentativa
para escapar a la vida que llevo contigo.
Hago un alto en el camino y reflexiono.
Creo que estoy yendo hacia ninguna parte.
También sé que a todos nos asusta tomar
una decisión así, pero me había convertido
en alguien que no quería ser. He de partir.





Paro ante un semáforo y miro alrededor.
Pienso en por qué estoy aquí y no en otro sitio
y cómo me gustaría estar en el lugar adecuado.
En realidad, soy consciente de que el espacio
que ocupe no va por sí solo a solucionar mi caso.
Los recuerdos están tratando de hacerme volver,
todos mis sentidos me empujan hacia el regreso.
Debo desatar los lazos que me amarran al ayer,
soltar el pesado lastre de mi pasado junto a ti,
algo que nunca pensé que fuera capaz de hacer.
Ojalá mis pies estén firmes y no me fallen ahora,
porque voy a correr hasta que no pueda caminar,
voy a seguir adelante contra todo lo que intente 
desviar mi atención o trate de doblegar mi voluntad.

(Traducción de Andrés González Déniz)



lunes, 27 de junio de 2011

El poeta de los misterios celestes de lo desconocido


Diego Doncel
(Cáceres, 1964)

La ciudad que una y otra vez se me mostraba
era como una página web dañada por un virus.

Yo había ido a buscarme y sólo había encontrado
los restos de mi vida perdidos por aquí y por allá.

Me dolían los insomnios, las sensaciones vacías,
la facilidad para el fracaso.

Soy lo que no hice e hice lo que nunca tuve que hacer.

Aun así espero que no te hayas ido de las huellas
que dejaste en el pasado. Espero que tu risa siga riendo allí,
que sigan pasando por ti los mismos sueños.

Hay besos arrojados a espacios de residuos afectivos, hay sentimientos que parecen la pantalla perturbada de un televisor, hay caricias como gente que se arroja desde lo alto de un rascacielos.




En el presente la sensación de irrealidad es tan fuerte que parece como cuando tienes una pistola incrustada en la boca y sientes el sabor del cañón derramarse en tu saliva.

Tú me dijiste que el dolor es una superstición y yo vivo en esa superstición, y me dijiste también que cualquier dimensión sentimental, que cualquier dimensión espiritual era una dimensión química.

La soledad tiene el aire de un programa
radiofónico de consultas que nadie oye.

Me hago preguntas y cada pregunta
es un desierto que no sé dónde termina.

Fuera la madrugada era demasiado frágil, como un mensaje que había que recomponer, como una llamada de socorro que se pierde en un sitio con poca cobertura.

El olor a basura quemada por los mendigos durante la noche
parecía crear un efecto como de fuga química.




¿Por qué la política vigila que la economía
establezca el orden democrático?

Olvídate de todo, me aconsejó el médico en el momento en que programaba en mi interior un estado mental más apacible.

Más allá el tráfico pasaba demasiado deprisa
y las tiendas de ropa, algunas con iluminación nocturna,
eran una secuencia alucinada de copyrights.

Y la autopista parecía la imagen filmada de una autopista
cuando los amantes se escapan por ella
a una cita clandestina en un hotel de los suburbios.

Y la felicidad con esa aventura de pasar por las cosas,
mientras todas las fantasías diseñadas por las estrategias
comerciales se disparaban dentro de nosotros.

Y tu belleza tenía esa forma de chica vulnerable
que aparece en algunos anuncios publicitarios.




No sé si fui yo o una parte de mí quien subió a tu apartamento.

No sé si fui yo o fuiste tú quien se sintió más solo.

Nuestras vidas las vivíamos demasiado velozmente.

Nuestras emociones sólo eran emociones
cuando disfrutábamos de la superficie de las cosas.

Éramos dos seres a los que envolvía
el espectáculo de su propio deseo.

Todas las noches la busco aunque ni siquiera sé quién es, sólo una mujer joven que se exhibe en lugares de nadie y los faros de los autos le llenan de electricidad la cara.

El sexo, para ella, es un acto que borra cualquier identidad personal. El único acto de amor en la era del consumo.




La exhibición sexual, dice en uno de sus vídeos, es la mercancía más compleja, la consumimos no sólo por placer, sino como una forma de que el mundo entre dentro de nosotros.

Soy en cualquier caso alguien que busca un lugar donde refugiarse y sabe que el sexo es el último refugio, la última resistencia.

El sexo es el principio. Es volver a iniciar una relación íntima con las cosas. Ser conscientes de la materia con que estamos hechos.

Las cosas se perdieron y nosotros nos perdimos de las cosas.

Hay una sensación de urgencia.
Hay algo peligroso dentro de nosotros.

El sexo es una revelación muy simple cuando ya creíamos que era imposible ninguna revelación.




Las versiones de mí son infinitas.

Han cambiado las leyes: somos zonas de tránsito.

Viajamos por la superficie porque sólo hay superficie.

La mente es una proyección incesante de estados,
de representaciones, de situaciones.

Sólo sé que la energía de las cosas no necesita pensamientos.

Escucho emisoras comerciales, veo imágenes estandarizadas,
circulo bajo la cosmética de los hologramas eléctricos.

Me gusta ser un punto atravesando el espacio.

Aquí todo es rápido, todo es inestable, todo pasa sin dejar huella alguna.

Mi metafísica es la metafísica
de las estaciones de servicio, de los lugares de paso.




Las líneas discontinuas que se pierden
allá al fondo no llevan ya a ningún sitio.

La mecánica de las cosas tiene un orden que está en permanente cambio, un proceso en despliegue que carece de metas y cuyo fundamento es la mutación constante.

Las versiones de mí y las versiones de la realidad
se combinan como una sucesión de sueños.

Cada rostro es la hipótesis de una nueva vida
y cada vida una sucesión de fragmentos.

Nos gusta consumir la vida de los otros,
nos gusta inventarnos psicologías ficticias.

Nosotros no pensamos, nosotros consumimos pensamientos.

No hay vacío, dirán con razón, sólo una inmensa
abundancia de realidades y un deseo extremo.



El destino de la conciencia humana es inexorablemente
nómada, un consciente deambular por el error.

La industria de la comunicación y la industria cultural
son quienes piensan por nosotros.

Las ideas vienen dadas por corporaciones informativas,
los pensamientos son pensamientos de mercado.


El universo es un producto.
Si alguien piensa otra cosa es declarado enemigo público.

No mires profundamente porque serás detenido por la policía.




Una mujer que dice llamarse A. Twist telefonea a un programa
de radio preguntando si es verdad que acaba de morir.

El sonido de la voz en directo de la mujer es muy triste,
como un black out, como una ruptura.

Como un fallo en la emisión de algo.

No llora, sólo pide socorro.

Sólo pide respuestas al hecho de mirarse al espejo y no ver a nadie.

"¿Me he vuelto loca?", pregunta.

"¿El dolor de todo este tiempo puede crear
en mí la experiencia de la desaparición?"

La mujer dice que quiso huir, hace tiempo, pero que le perseguía todo lo que ella era, todo lo que había sido.

Que creyó que la lujuria era capaz de transformar el mundo y fracasó.




Se imaginaba las cosas como un montón de cartas en los buzones de los pisos que ya no habitaba nadie.

Tenía el pelo sucio, lleno de pensamientos menesterosos.

Muy ida miró por la ventana.

Se vio a sí misma fuera.

Estaba buscando una apertura, cómo llegar.

Había muerto muchas veces, por eso no podía morir.

Su terror se prolonga en el silencio. "¿Es verdad que acabo
de morir? ¿He desaparecido en mis propios pensamientos?"

"¿Sólo puedo hablar desde el lugar vacío que yo misma dejé?"




En el sonido telefónico caen cosas que recuerdan el golpe de las lágrimas.

El shock aumenta.

El silencio era como una pérdida de fluido en la red.

Entró en su casa, encontró su propio cadáver.

Ver su muerte era el último lugar del exilio.

La última experiencia.

¿Somos lo que no pudimos ser? ¿Es demasiado pesada
la estéril sombra de nuestros sueños?

¿Por qué somos tan pobres que sólo podemos soñar?

¿Y nuestros sueños, cuántas veces han sido soñados
antes que los soñáramos nosotros?




¿Cuántas veces fueron vividas nuestras vidas
y cuánta gente ha vivido nuestro propio fracaso
antes de que nosotros comprendiéramos
que habíamos fracasado?

La experiencia es una jeringuilla tirada en una papelera.

La luz tiene el color de una lata de gasolina ardiendo.

Por la noche la locura se transmitía
por los micrófonos de emisoras clandestinas.

Ahora el viento sopla junto a la tapia
con un sonido de programa televisivo de terror.

El resplandor eléctrico. Las calles como un chute del fin del mundo.

Imágenes que se desdoblan, planos oscuros, cosas que se pierden.




Las cámaras de vigilancia haciendo psicoterrorismo con nuestras vidas.

Recordé tu saliva como un sentimiento último,
las líneas de tu tanga como puntos de fuga.

El escándalo de hacer el amor para dinamitar el tiempo muerto.

Los cristales de los edificios como planchas resplandecientes.

Sé que alguien filmó mi cara, mi gesto de terror.

Después un punto luminoso de color metálico recorriendo los cables,
las conexiones, las pequeñas piezas de un artefacto tecnológico.

Hasta llegar al lugar en que un dedo apretaba un botón.




Estar al margen es estar salvado.

Los intelectuales sólo son un arma a favor del poder.

Es mejos no salir de casa, pensar sin ser reconocido.

No preguntes dónde fue a parar el que eras.

No preguntes por qué ya no eres nadie,
sólo unos fragmentos pixelados,
unas pocas imágenes inservibles,
letras que nada significan, signos vacíos.

El ruido del metro se oye debajo de nosotros
y por el respiradero situado más allá de la ventana.

En la avenida se oyen bandas de vendedores de estupefacientes.

Desde los locutorios llegan los disparos de los juegos interactivos.

Ni siquiera vemos la barrera de jeeps, de furgonetas, de luces opalinas.

Entre el humo, el brillo de los cascos antidisturbios
responde a nuestras consignas.

Un bulldozer se acerca y con su potente chorro de agua nos tira al suelo.




El asfalto nos levanta la piel. La sangre fluye.

Un policía vigila nuestra reacción detrás de su escudo:
yo veo que tus ojos ya miran desde otro lado.

Las cosas estaban hechas pedazos como el cristal
de la ventanilla de un auto que acaban de robar.

El futuro parecía una entropía obscena.

No hay pensamientos, no hay alma, sólo dimensiones nerviosas.

Lo infinito de nuestras identidades hace que no tengamos ninguna.
He sido tantos que ya no sé quién he sido.

¿Ése hombre fui yo, fui yo quien ocupó su rostro?

No soy nadie, no soy nada y estoy solo.

(Versos sueltos escogidos del libro de Diego Doncel titulado 
Porno Ficción, Barcelona, DVD, 2011, 1ª edición, pp. 125)



domingo, 26 de junio de 2011

Se fue el agente que nunca usó la violencia física



PETER FALK

Desgarbado, en apariencia torpe,
dejándose atrás la sempiterna gabardina
de proletario entre los detectives,
tenía un ojo de cristal porque un cáncer
obligó a extirparle el verdadero.



Una vez, jugando al basket,
ante una infracción impune,
lo sacó de su órbita y se lo ofreció al árbitro,
diciéndole que hasta con aquella canica
hubiera visto mejor lo que sucedía.



Parecían imposibles los casos
que se proponía resolver.
Carecía del estilo refinado
de otros galanes del cine,
e incluso de la imagen profesional
que cabría esperar en un buen policía.



Su éxito se debió, quizás,
al efecto protector y paternal
que su personaje, el teniente Colombo,
ejercía sobre los telespectadores;
o a ese afán de revancha por el cual
nos gusta derribar estereotipos,
aunque sólo sea para crear otros distintos
que más tarde sustituiremos de nuevo.



Solía simular que tenía muy mala memoria
y la enfermedad de Alzheimer consiguió
que de sobrevivir a su propia muerte
hoy no lograse recordar de qué murió,
aunque es seguro que lo averiguaría.


Peter Michael Falk
(New York, 1927 - Beverly Hills, 2011)