Paracaidistas de la 82ª División Aerotransportada cayendo
cerca de Groesbeek (Holanda) el 17 de septiembre de 1944
LA BATALLA POR LOS PUENTES
“Patton pretendía atravesar la Línea Sigfrido como si le
hubieran puesto un petardo en el culo y Montgomery insistía machaconamente en
todo lo contrario: quería dirigir el grueso del ataque hacia el norte y exigía
para ello la mayor parte de los suministros”
“De los mil setecientos judíos de Arnhem, más de mil quinientos fueron deportados a campos de
concentración de Alemania y murieron allí”
“En los Países Bajos los nazis esperaban que, en tanto que
arios, sus ciudadanos se unieran a la causa nacionalsocialista”
“La prensa norteamericana consideraba con entusiasmo la posibilidad de que el
futuro de la guerra estuviera en las operaciones aerotransportadas. Era una
fantasía que ignoraba limitaciones tan básicas
como la autonomía relativamente escasa de los aviones de transporte de
tropas”
“La falta de coordinación entre los ejércitos de tierra y
del aire era muy lamentable, cuando no escandalosa”
“La operación, que recibiría el nombre de Market Garden, se
efectuaría en dos partes. Market sería la fase aérea. La fase Garden
consistiría, básicamente, en el avance hacia el norte del XXX Cuerpo de Ejército
de Brian Horrocks, con sus tanques en vanguardia por una única carretera”
“El objetivo del II Ejército británico era aislar al XV Ejército
alemán y toda la mitad occidental de los Países Bajos, rodear la Línea Sigfrido,
consolidarse al otro lado del Rin y estar en disposición de rodear la cuenca
del Ruhr por el norte o incluso avanzar hacia Berlín”
“Nadie, Brereton incluido, se atrevía a decir que el plan
era malo de principio a fin y que se basaba en la apresurada suposición de que
el ejército alemán se estaba descomponiendo”
“El comandante de un Sherman recibió un tiro en la
cabeza al asomarse a la torreta. Luego el tanque recibió un impacto y se
incendió. El resto de los hombres murieron abrasados. Los Sherwood Rangers comprendieron que no se enfrentaban a un ejército
derrotado”
“No había calzado más apreciado que las botas de los
paracaidistas estadounidenses, pero cualquier alemán capturado con ellas era
fusilado de inmediato”
“El jefe de carro británico estaba herido de muchísima
gravedad. Aún respiraba, pero tenía levantada la parte superior del cráneo y
los sesos colgando. Además, un fragmento de metralla le había abierto el
abdomen y le asomaban las tripas. No se podía hacer nada por él”
“A decenas de metros de altura, enganchados en las enormes
vigas de acero en posturas grotescas, los cadáveres de los Krauts (mote peyorativo que los ingleses daban a los alemanes en la
I Guerra Mundial, cuyo significado es “col agria”) colgaban del puente”
“En Arnhem, cuando se prendía fuego a un edificio, los
paracaidistas británicos pasaban al siguiente por agujeros como ratones”
“Nos llovía una bomba tras otra. Las explosiones se
sucedían, cada una un par de metros más cerca que la anterior. El suelo
temblaba”
“Una monja alemana estaba dando de comer a un hombre de
noventa años cuando un obús, que debió pasar a milímetros de ella, decapitó
literalmente al anciano”
“Un soldado alemán muy malherido, que sin duda había salido
a rastras de un semioruga en llamas, llamaba constantemente a su madre. No lo
veían, pero lo estuvieron oyendo todo el día y parte de la noche. Hasta que
calló”
[Fragmentos tomados de Beevor, Antony: La batalla por los
puentes. Arnhem, 1944. La última victoria alemana en la II Guerra Mundial, (título
original: Arnhem. The battle for the bridges, 1944), Barcelona, Planeta, 2021, (edición
de bolsillo “Booket”), (traducción de Amado Diéguez), pp. 652, pvp: 11’49
euros]
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