miércoles, 16 de febrero de 2022

Una operación fallida desde el principio hasta el final


Paracaidistas de la 82ª División Aerotransportada cayendo
cerca de Groesbeek (Holanda) el 17 de septiembre de 1944

LA BATALLA POR LOS PUENTES

“Patton pretendía atravesar la Línea Sigfrido como si le hubieran puesto un petardo en el culo y Montgomery insistía machaconamente en todo lo contrario: quería dirigir el grueso del ataque hacia el norte y exigía para ello la mayor parte de los suministros”

 “Reinaba entre los soldados un indisimulado espíritu competitivo. Hubo apuestas sobre quién se presentaría primero en Bruselas”

“De los mil setecientos judíos de Arnhem, más de mil  quinientos fueron deportados a campos de concentración de Alemania y murieron allí”

“En los Países Bajos los nazis esperaban que, en tanto que arios, sus ciudadanos se unieran a la causa nacionalsocialista”

“La prensa norteamericana consideraba  con entusiasmo la posibilidad de que el futuro de la guerra estuviera en las operaciones aerotransportadas. Era una fantasía que ignoraba limitaciones tan básicas  como la autonomía relativamente escasa de los aviones de transporte de tropas”

“La falta de coordinación entre los ejércitos de tierra y del aire era muy lamentable, cuando no escandalosa”

“La operación, que recibiría el nombre de Market Garden, se efectuaría en dos partes. Market sería la fase aérea. La fase Garden consistiría, básicamente, en el avance hacia el norte del XXX Cuerpo de Ejército de Brian Horrocks, con sus tanques en vanguardia por una única carretera”

“El objetivo del II Ejército británico era aislar al XV Ejército alemán y toda la mitad occidental de los Países Bajos, rodear la Línea Sigfrido, consolidarse al otro lado del Rin y estar en disposición de rodear la cuenca del Ruhr por el norte o incluso avanzar hacia Berlín”

“Nadie, Brereton incluido, se atrevía a decir que el plan era malo de principio a fin y que se basaba en la apresurada suposición de que el ejército alemán se estaba descomponiendo”


Puente de Arnhem sobre el paso del Nederrijn o Bajo Rin

“El comandante de un Sherman recibió un tiro en la cabeza al asomarse a la torreta. Luego el tanque recibió un impacto y se incendió. El resto de los hombres murieron abrasados. Los Sherwood Rangers comprendieron que no se enfrentaban a un ejército derrotado”

“No había calzado más apreciado que las botas de los paracaidistas estadounidenses, pero cualquier alemán capturado con ellas era fusilado de inmediato”

“El jefe de carro británico estaba herido de muchísima gravedad. Aún respiraba, pero tenía levantada la parte superior del cráneo y los sesos colgando. Además, un fragmento de metralla le había abierto el abdomen y le asomaban las tripas. No se podía hacer nada por él”

“A decenas de metros de altura, enganchados en las enormes vigas de acero en posturas grotescas, los cadáveres de los Krauts (mote peyorativo que los ingleses daban a los alemanes en la I Guerra Mundial, cuyo significado es “col agria”) colgaban del puente”

“En Arnhem, cuando se prendía fuego a un edificio, los paracaidistas británicos pasaban al siguiente por agujeros como ratones”

“Nos llovía una bomba tras otra. Las explosiones se sucedían, cada una un par de metros más cerca que la anterior. El suelo temblaba”

“Una monja alemana estaba dando de comer a un hombre de noventa años cuando un obús, que debió pasar a milímetros de ella, decapitó literalmente al anciano”

“Un soldado alemán muy malherido, que sin duda había salido a rastras de un semioruga en llamas, llamaba constantemente a su madre. No lo veían, pero lo estuvieron oyendo todo el día y parte de la noche. Hasta que calló”

[Fragmentos tomados de Beevor, Antony: La batalla por los puentes. Arnhem, 1944. La última victoria alemana en la II Guerra Mundial, (título original: Arnhem. The battle for the bridges, 1944), Barcelona, Planeta, 2021, (edición de bolsillo “Booket”), (traducción de Amado Diéguez), pp. 652, pvp: 11’49 euros]


Contracubierta del libro que muestra a un grupo de paracaidistas británicos camino de Holanda. La edición príncipe de 2018 en español era de Crítica, un sello editorial perteneciente también al Grupo Planeta

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