PARACUELLOS: EL COMUNISMO
Se cumplen 85 años del mayor genocidio de la Guerra Civil, del que guardan memoria las inmensas fosas comunes de Paracuellos del Jarama. Entre 5.000 y 8.000 personas fueron asesinadas por desafectas al régimen republicano, ése que los herederos políticos de los asesinos y de sus cómplices —todos los partidos del Frente Popular participaron en las checas y la represión— proclaman hoy, desde el gobierno, república ejemplar, al tiempo que los yolandos se reclaman orgullosos hijos de Lenin y del Che. No hay monumento a la desmemoria como esas desoladas lomas bajo las que descansan del terror de sus últimos momentos tantos miles de muertos.
Nadie ha hecho, en 85 años, una película sobre esa masacre. La hay sobre Benigno Rodríguez, El Ángel Rojo, que detuvo las sacas de presos preventivos, todos ellos sin abogado ni juicio, por ir a misa, secuestrados por la Junta de Defensa del Gobierno de la República, ese régimen ejemplar. Las masacres seguían la política de exterminio de clase inaugurada por Lenin —seis millones de muertos— y continuada por Stalin —en 1936, ocho millones, y llegó a veinte—. La masacre de Paracuellos es además inseparable de los asesinatos de presos de la Cárcel Modelo. Azaña hace una breve referencia al de su primer jefe político, Melquíades Álvarez: su cadáver pesaba tan poco que, al tirar el cuerpo al camión de los muertos, cayó por el otro lado. ¡Ah, esos milicianos sudorosos de cuyas violaciones a las monjas se reía Almudena Grandes!
Las ejecuciones de represión republicana se llevaron
a cabo entre el 7 de noviembre y el 4 de diciembre de 1936
Hay infinitas películas sobre la represión franquista en la guerra o la posguerra. Ahora preparan una ley, típicamente comunista, que castigará disentir de lo que los desmemoriadores del Gobierno ordenen recordar. ¿Qué productor hará la película Paracuellos, que llenaría las salas y ahuyentaría la subvención? ¿Cuántos actores se negarían a participar en una “justificación del franquismo”? Porque Paracuellos puede justificar el Alzamiento y hasta explicar el desenlace de la guerra. Así que no habrá película, ni serie sobre un hecho archidocumentado y sobre el que sólo se duda del número de muertos: ni del sadismo de los verdugos, ni de lo deliberado de la masacre, semejante a tantas otras en toda España que los desmemoriadores siguen llamando improvisadas. El comunismo no improvisa jamás.
El silencio desolado de Paracuellos es el de una nación que, ahora sí, parece resignada a morir.
(Artículo de opinión escrito por Federico Jiménez Losantos y publicado por el periódico “El Mundo” el lunes 6 de diciembre de 2021)
Federico Jiménez Losantos
(Orihuela del Tremedal, Teruel, 1951)
Escritor, ensayista, poeta, locutor de radio y empresario
No hay comentarios:
Publicar un comentario