miércoles, 11 de enero de 2023

Intentó volver a torear con una pierna ortopédica


Antonio Sánchez García
(Sevilla, 1831 – 1895)
Torero proverbial

“EL TATO”

Sevilla lo vio nacer en el barrio de San Bernardo,
aprendiz que hizo sus pinitos en el matadero.
Con pegadores portugueses y como puntillero
tuvo que ir en principio hasta quedar encuadrado


En el hospital pidió que le mutilaran la pierna gangrenada sin anestesia. Cuando se la cortaron, se hizo famosa su frase: "¡Adiós, Madrid!"

en la cuadrilla del gran Cúchares, su futuro suegro.
En la plaza de la Puerta de Alcalá mató al cuarto,
cedido por el maestro, al volapié, arrancando.
Este fue su bautismo oficial, porque el festejo


Plaza de Toros de la Puerta de Alcalá
(1754 - 1801)

de la alternativa le vendría al cubrir la baja
del diestro Julián Casas, “Salamanquino”, en Madrid.
Su fuerte eran los quites y el juego con la capa.


El 7 de junio de 1869 el toro "Peregrino" de la ganadería de Vicente Martínez, procedente de Colmenar Viejo, le embistió provocándole una herida incisa de cuatro centímetros de ancho y tres de profundidad. Como el cuerno del toro estaba manchado de la sangre del caballo del picador, que se hallaba enfermo de arestín, la infección fue rápida y fulminante

Tras rivalizar con “El Gordito” una breve etapa,
por una grave cogida le tienen que intervenir,
amputándole una pierna, y su carrera acaba.

(Poema escrito por Andrés González Déniz)


Entre 1852 y 1869 era tan frecuente su aparición en los carteles anunciadores de las corridas y su concurrencia a fiestas o actos públicos, que se hizo célebre esta expresión: "¡Aquí no ha venido ni el Tato!"

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