Antonio Sánchez García
(Sevilla, 1831 – 1895)
Torero proverbial
“EL TATO”
Sevilla lo vio nacer en el barrio de San Bernardo,
aprendiz que hizo sus pinitos en el matadero.
Con pegadores portugueses y como puntillero
tuvo que ir en principio hasta quedar encuadrado
En el hospital pidió que le mutilaran la pierna gangrenada sin anestesia. Cuando se la cortaron, se hizo famosa su frase: "¡Adiós, Madrid!"
en la cuadrilla del gran Cúchares, su futuro suegro.
En la plaza de la Puerta de Alcalá mató al cuarto,
cedido por el maestro, al volapié, arrancando.
Este fue su bautismo oficial, porque el festejo
Plaza de Toros de la Puerta de Alcalá
(1754 - 1801)
de la alternativa le vendría al cubrir la baja
del diestro Julián Casas, “Salamanquino”, en Madrid.
Su fuerte eran los quites y el juego con la capa.
El 7 de junio de 1869 el toro "Peregrino" de la ganadería de Vicente Martínez, procedente de Colmenar Viejo, le embistió provocándole una herida incisa de cuatro centímetros de ancho y tres de profundidad. Como el cuerno del toro estaba manchado de la sangre del caballo del picador, que se hallaba enfermo de arestín, la infección fue rápida y fulminante
Tras rivalizar con “El Gordito” una breve etapa,
por una grave cogida le tienen que intervenir,
amputándole una pierna, y su carrera acaba.
(Poema escrito por Andrés González Déniz)
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