España se rompe ante la lenidad del gobierno de todos los españoles
GOLPE DE ESTADO
Un golpe de Estado es una
rebelión contra el orden constitucional organizada por los líderes de tal
alzamiento, puesta en marcha por los secuaces más obedientes y seguida por una
parte de la sociedad que es ideológicamente enemiga del sistema político vigente
o que ha sido aleccionada y fanatizada para que sirva de carne de cañón o peón
de brega. Cuando el golpe de Estado se lleva a cabo contra un orden
constitucional legítimo, legítimo por democrático, se trata de un golpe de
Estado fascista, ya lo dé Agamenón o su porquero. Que no nos despiste el hecho
de que todos los golpistas que en el mundo son y han sido enarbolan
retóricamente la libertad y la justicia social. Y, hoy en día, no hay golpista
que no lleve en la boca los derechos humanos y que no los ensucie al mentarlos
como pretexto para su vil designio.
En estas horas tristes para la patria común han tenido que ser la Policía Nacional y la Guardia Civil quienes hayan tenido que dar la cara en una Cataluña atemorizada por la opresión separatista para defender el Estado de Derecho, las leyes de nuestra Constitución y la propia democracia tratando de impedir un "farsarreferéndum"
Lo que el fascismo catalán ha
puesto en marcha este oprobioso domingo 1 de octubre, y que se venía pergeñando
desde hace tiempo, es un golpe de Estado. Que tengamos la desdicha de que al
otro lado esté Rajoy no cambia nada el concepto: en Cataluña los facciosos han
dado un golpe de Estado contra mí tanto o más que contra Rajoy. Un golpe de
Estado puede ejecutarse con violencia y sin ella, pues de lo que se trata es de
bloquear las estructuras y de anular las defensas jurídicas y políticas del
Estado legítimo. El de Cataluña ha sido un golpe de Estado sin violencia y con
hábil manejo de los resortes mediáticos, la frivolidad de muchos y la debilidad
de nuestras convicciones.
La alta traición por parte del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y el jefe mayor de los Mossos d'Esquadra, Josep Luís Trapero, es el delito al que hemos asistido atónitos quienes creíamos en la lealtad y la honorabilidad de los altos cargos públicos
Un golpe de Estado fascista puede
toparse enfrente a un gobierno capaz y una sociedad leal a su Constitución y
comprometida con los valores democráticos y los derechos fundamentales. O no.
En España son muchos los ciudadanos que se consideran “antisistema” porque
están contra Rajoy y desprecian nuestro régimen constitucional y democrático
porque piensan que ellos deberían cobrar más o tener mejor sanidad aun. Generalmente se trata de narcisistas poco
viajados. Y en España tenemos un Gobierno torpe e incapaz, presidido por un
verdadero “zombie”. Por eso, a día de hoy, el sistema constitucional y
democrático que muchos españoles, catalanes o no, queremos, está desprotegido y
dejado de la mano de Dios. Por eso y porque no hay un Ministerio de Asuntos Exteriores
que sepa explicarse fuera de España ni un portavoz del Gobierno capaz de
explicarse dentro de España. Y, a todo esto, el Jefe del Estado ha desaparecido
también. Ni el Jefe del Estado sale a defender la Constitución y a defendernos.
Estamos solos.
En manos de estos irresponsables hay quien pretende dejar el destino de Cataluña: ¡Pobres catalanes! ¡Pobres españoles! ¡Vuelven las dos Españas! ¡Qué absurdo disparate! ¡Qué inmensa chapuza!
Antes eran los sindicatos y
partidos de izquierda los que contra los golpes de Estado protegían la
democracia y el Estado legítimo. Aquí ya no. El PSOE duda de si serán
progresistas los golpistas catalanes, UGT pide tiempo para pensar y CCOO se
suma a la convocatoria de huelga general promovida en Cataluña por la patronal
más corrupta y sus hijos de papá. Evidentemente, este sindicato, CCOO, no puede
ser el mismo que nació en la mina de la Camocha. Escribo estas líneas a lunes, 2
de octubre, y en la Facultad de Derecho donde trabajo. No me consta que ninguna
Facultad de Derecho o ninguna Universidad se hayan pronunciado hoy en defensa
de nuestra Constitución, nuestros derechos y nuestra dignidad frente a los
golpistas. Debe de ser que hoy a todos les tocaba plancha o que se están
depilando los valores.
(Artículo de opinión escrito por Juan Antonio García Amado y
publicado por “La Provincia” el martes 3 de octubre de 2017)
Juan Antonio García Amado
(Ruedes, Gijón, Asturias, 1958)
Catedrático de Filosofía del Derecho en la Universidad de León
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