ser reduce al hallazgo, a la sorpresa
de encontrarse en la tarde, donde cesa
de proyectarse el ser, así perfecto.
El propósito vil, su modo abyecto
porque el engaño tienta cuando espesa
mismidad de lo propio a sí se besa
y el beso de sí mismo es el proyecto.
La existencia me espera y asegura.
La realidad me nace a cada paso.
Si soy en hoy es porque ayer ya era.
Ser para ser: tal es la arquitectura
plenificada y cierta del ocaso
en donde el ser para el que soy me espera.
¿NO QUERÍAS LA PAZ?
¿No querías la paz?
Aquí la tienes:
los rosales del mundo se han cortado,
nunca más habrá espinas
que te hieran las manos.
¿No querías la paz? ¡Ahí la tienes!
Ahora púdrete esperando
qué vas a hacer con la paz
y con las manos.
Pinus longaeva
(Es el árbol más antiguo del mundo. Tiene más de 4.800 años y se encuentra en las Montañas Blancas de California)
PAN
Derramarse en el aire derramado
en la azul transparencia de la nada;
en cada punto liberarse, en cada
nudo de nadas confluir atado.
Desatarse en la nada y de su prado
florecer, nudo y nido, a la mirada
que se pierde y contagia derramada
confundiendo el mirar con lo mirado.
Estremecerse de latir perdido
por la nada, vivirla florecida
y levantar el vuelo desde el nido
donde se anuda el aire, ya perdida
la azul memoria alada en el latido
de cualquier ave, prado, flor o vida.
(Poemas escritos por Luis Cobiella)
Luis Cobiella Cuevas
(Santa Cruz de La Palma, 1925 - 2013)
Licenciado en Ciencias Químicas y Diputado del Común de la Comunidad Autónoma de Canarias entre 1986 y 1991
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