DONDE ACABA TU PIEL
(EL SOL SE PONE)
(EL SOL SE PONE)
Tu piel es sol naranja, tierra húmeda,
pulpa asombrosa de la maravilla.
Tu piel es la membrana diminuta
que recubre las células, la sábana
blanquísima que cuelga del alambre,
la cáscara que envuelve el universo.
Donde acaba tu piel el sol se pone.
Tu piel es la bandera más hermosa,
un lienzo donde siempre pintan oros,
un luminoso arroyo donde abreva
la vida, esa desnuda
gravedad que nos tienta con el áspero
temblor de sus maderas.
Más allá de la física o los dioses,
tu piel lo explica todo, salvo por qué permite
De la región geniana de su boca,
húmeda y silenciosa al mismo tiempo,
sobresalen, sin duda, los músculos cutáneos:
orbicular del párpado,
elevador común del ala triste
de la nariz y el labio,
canino, cigomático mayor,
risorio de Santorini y algunos
fascículos fibrosos
del cutáneo del cuello.
No obstante, sólo vemos al mirarla
la enrojecida piel que cubre sus mejillas,
tan aparentemente
ajena al universo diminuto
POP
Yo sé bien que tus labios
son pop-corn,
nubes en grano,
aire,
puro aire,
dulce maíz hinchado
Es sobre todo el tiento con que agarras
los músculos del día cuando saltas
de la cama al escándalo;
es tu predilección por los relámpagos,
el aire transparente de tus conversaciones,
la forma tan sencilla de mirarme
iluminando el cuarto; es sobre todo
el cuidado ejercicio de tumbarte
sobre las aspas de los días malos
UN CÍRCULO PERFECTO
A pesar del cuidado que ponemos
para que se conserve en buen estado,
quien algún día venga
siguiendo nuestro rastro
encontrará tan sólo
un puñado de tierra
revuelta donde un día dibujamos
entre los dos un círculo perfecto.
[Poemas de Julio Rodríguez escogidos de su libro titulado:
Naranjas cada vez que te levantas, Madrid, Visor, 2008,
1ª edición, (VI Premio Emilio Alarcos Llorach), pp. 89]
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