miércoles, 21 de noviembre de 2018

Del escritor que se suicidó antes de caer el muro


Sándor Márai
(Košice, Eslovaquia, 1900 - San Diego, California, 1989)
Periodista, novelista, poeta y dramaturgo húngaro

EL ÚLTIMO ENCUENTRO

"Existe algo más en el mundo que la egolatría, la pasión o la vanidad"

"Uno se pasa toda la vida preparándose para algo"

"Lo mejor es no hablar de nada"

"La gente no desea nada con más fervor que una amistad desinteresada. La desea con fervor, aunque sin esperanza"

"Había que llevar la obediencia en el corazón: esto era lo más importante"

"El poder humano siempre conlleva un ligero desprecio, apenas perceptible, hacia aquellos a quienes dominamos"

"Todo lo que el amor significa: deseos, recelos y una soledad desgarradora"

"¿Qué le había dado la vida? Obligaciones y vanidad"

"La realidad son sólo detalles"

"Lo que de verdad es importante no lo olvidas nunca"

¿Habrá tal vez un cierto erotismo en el fondo de cada relación humana?"


Catedral de Santa Isabel en Košice, la ciudad natal de Sándor Márai

"Al erotismo de la amistad no le hace falta el cuerpo... no le es atractivo, resulta incluso inútil"

"¿Qué valor tiene cualquier amor que busca una recompensa?"

"¿No sería justamente la abnegación la verdadera esencia de cada relación humana, una abnegación que no pretende nada, que no pretende nada del otro?

"Los hechos hablan por sí solos"

"Uno siempre responde con su vida entera a las preguntas más importantes"

"Las preguntas son éstas: ¿Quién eres? ¿Qué has querido de verdad? ¿Qué has sabido de verdad?"

"El impulso secreto, el más poderoso de todos: ser más fuerte que el otro, más hábil, ser un maestro, no fallar"

"Todas las grandes pasiones son desesperadas: no tienen ninguna esperanza, porque en ese caso no serían pasiones, sino acuerdos, negocios razonables, comercio de insignificancias"

"Quien no acepta los detalles, probablemente es que lo quiere todo, absolutamente todo"

"Es la mayor tragedia con que el destino puede castigar a una persona. El deseo de ser diferentes de quienes somos"



Sándor Márai alcanzó en los años 30 un prestigio
que llegó a estar casi a la altura del de Stefan Zweig


"Tenemos que conformarnos con lo que somos, y ser conscientes de que a cambio de esta sabiduría no recibiremos ningún galardón de la vida: no nos pondrán ninguna condecoración por saber y aceptar que somos vanidosos, egoístas, calvos y tripudos"


"Tenemos que aceptar que nuestros deseos no siempre tengan repercusión en el mundo. Tenemos que soportar que las personas que amamos no siempre nos amen, o que no nos amen como nos gustaría. Tenemos que soportar las traiciones y las infidelidades, y lo más difícil de todo: que una persona en concreto sea superior a nosotros por sus cualidades morales o intelectuales"

"Viviendo en soledad uno lo conoce todo"

"Quiero saber la verdad, y el que busca la verdad tiene que empezar buscando dentro de sí"

"La convicción de que los dioses me habían regalado un anillo de la suerte, secreto e invisible. Esto es lo máximo que un ser humano puede obtener en la vida. Es la mayor gracia"

"Pero quien se confía, quien se vuelve arrogante o altivo, quien no puede soportar con humildad los agasajos del destino, quien no percibe que ese estado de gracia solamente dura mientras no se malgaste el regalo de los dioses, ése sucumbirá. El mundo sólo perdona, y sólo momentáneamente, a los puros y humildes de corazón"

"Cuando una persona quiere matar a otra es porque han ocurrido antes muchas cosas"

"En el peligro siempre hay algo de fascinación y de encantamiento"

"Uno no solamente quiere vivir a cualquier precio, sino que quiere conocer y aceptar la totalidad de su destino, también a cualquier precio, incluso a costa del peligro y de la destrucción"


Acusado de escritor burgués por los comunistas que ocuparon Hungría, tuvo que emigrar de su país en 1952 para instalarse en Nueva York

"Krisztina, naturalmente, creía estar enamorada. más tarde me di cuenta de que no era amor ni siquiera al principio, de que sólo era gratitud"

"Quizás no se pueda hacer nada más que esto en la vida: adaptar a la realidad, con inteligencia y con atención, esa otra realidad irrevocable, el carácter personal"

"Sólo a través de los detalles podemos comprender lo esencial"

"No se puede hacer nada contra las leyes del carácter humano, nunca"

"Cuando exigimos a alguien fidelidad, ¿es acaso nuestro propósito que la otra persona sea feliz? Y si la otra persona no es feliz en la sutil esclavitud de la fidelidad, ¿amamos a la persona a quien se la exigimos?"

"Quien sobrevive al otro es siempre el traidor"

"Hay algo peor que la muerte, peor que el sufrimiento... y es cuando uno pierde el amor propio"

"Uno no puede sino aceptar la realidad"


El régimen comunista que los soviéticos impusieron sobre Hungría prohibió la publicación y difusión de la obra literaria de Sándor Márai, por lo que fue cayendo en el olvido

"Se diría que la vida, todo lo vivo, no tiene más razón de ser que seguir viviendo mientras puede, e ir renovándose siempre, de manera continua"

"A veces ocurre que el instante trae una posibilidad, y esa posibilidad tiene su momento exacto, y si el instante pasa, ya no puedes hacer nada de nada"


"Uno envejece poco a poco. Primero envejece su gusto por la vida, por los demás, ya sabes, todo se vuelve tan real, tan conocido, tan terrible y aburridamente repetido... Eso también es la vejez. Cuando ya sabes que un vaso no es más que un vaso. Y que un hombre no es más que un hombre, un pobre desgraciado, nada más, un ser mortal, haga lo que haga..."

"Luego envejece tu cuerpo, no todo a la vez, no. Primero envejecen tus ojos, o tus piernas, o tu estómago o tu corazón. Envejecemos así, por partes. Más tarde, de repente, empieza a envejecer el alma: porque por muy viejo y decrépito que sea ya tu cuerpo, tu alma sigue rebosante de deseos y de recuerdos, busca y se exalta, desea el placer. Cuando se acaba el deseo de placer, ya sólo quedan los recuerdos, las vanidades, y entonces sí que envejece uno, fatal y definitivamente"

"Un día te despiertas y te frotas los ojos, y ya no sabes para qué te has despertado. Lo que el nuevo día te traiga, ya lo conoces de antemano: la primavera, el invierno, los paisajes, el clima, el orden de la vida. Ya no puede ocurrirte nada imprevisto: no te sorprende ni lo inesperado, ni lo inusual, ni siquiera lo horrendo, porque ya conoces todas las posibilidades, ya lo tienes todo visto y calculado, ya no esperas nada: ni lo bueno, ni lo malo"

"Uno acepta el mundo poco a poco y muere"

"La vida se vuelve casi interesante cuando ya has aprendido las mentiras de los demás, y empiezas a disfrutar observándolos, viendo que siempre dicen otra cosa de lo que piensan, de lo que quieren de verdad... Sí, un día llega la aceptación de la verdad, y eso significa la vejez y la muerte. Pero entonces esto tampoco duele ya"

"Ya no es válido nada de lo que antes importaba"

[Fragmentos extraídos de Márai, Sándor: El último encuentro, (título original: A Gyertyak Csonkig Egnek), Barcelona, Salamandra, 2005, (séptima reimpresión de la 1ª edición de 2002), (colección quinteto, nº 12), (traducción de Judit Xantus), pp. 207]


En esta novela dos amigos se reencuentran para hablar del amor de una mujer que compartieron y que a punto estuvo de provocar su destrucción

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