Ana Frank
(Fráncfort del Meno, 1929 - Bergen-Belsen, 1945)
Niña alemana de origen judío fallecida de tifus en un campo de concentración a la que probablemente su padre Otto le escribió un diario
Ricky Gervais
(Reading, Berkshire, Inglaterra, 1961)
Escritor, guionista, actor, humorista, músico y director
Para inaugurar el año en twitter el novelista Arturo Pérez Reverte se permitió un sarcasmo: "Iba a escribir una novela sobre Auschwitz, pero ya no quedan personajes libres: La bibliotecaria de Auschwitz, La bailarina de Auschwitz, El tatuador de Auschwitz, El farmacéutico de Auschwitz, La enfermera de Auschwitz, El mago de Auschwitz, El violinista de Auschwitz". Obviamente, Pérez Reverte bromeaba a propósito de cierta moda literaria, el subgénero de noveluchas en campos de concentración, cuyo ejemplo más inmediato es El niño del pijama de rayas. Por increíble que parezca, un organismo oficial —el Memorial de Auschwitz— le ha reprochado la broma: en el campo abierto en tierras polacas, y que funcionaba como matadero las 24 horas del día, fueron asesinadas cientos de miles de personas y ese tuit suponía una ofensa para su memoria. Por supuesto, Pérez Reverte les contestó rápida y oportunamente y la polémica tuitera se la tragó el ciberespacio en pocas horas.
Mujeres prisioneras en Auschwitz, degradante cárcel y campo de trabajo donde murieron entre 1940 y 1945 un millón cien mil personas: 960.000 judíos, 74.000 polacos, 21.000 gitanos, 15.000 prisioneros soviéticos y entre 10.000 y 15.000 cautivos de otras nacionalidades
Lo que se llama “la dictadura de lo políticamente correcto” es en realidad una forma consensuada y más o menos codificada de control social y encubre generalmente las auténticas relaciones de poder. El ofendidismo —su inevitable consecuencia y, al mismo tiempo, su principal arma en la actualidad— pretende prioritariamente desactivar la crítica. La crítica que no interesa al criticado, es decir, la que le afecta. Pero como todo el mundo reclama su legítimo derecho a no ser objeto de crítica, ironía o sarcasmo, cualquier conato crítico, cualquier humorada, cualquier sarcasmo es calificado inmediatamente como intolerable. Esta bastarda democratización de la susceptibilidad suele llegar al absurdo o a los tribunales y no está ausente ni entre políticos ni entre periodistas, que por sus propios oficios deberían practicar la crítica a los demás —y no la descalificación— y metabolizar la crítica que reciben. Los periodistas, como cabía esperar, son mucho menos tolerantes que los políticos: al fin y al cabo no deben simular ni se presentan a elecciones. No se le ocurra jamás criticar o despreciar a un periodista. Es animal doméstico pero jamás olvida una ofensa y para el periodista una ofensa puede ser cualquier cosa, incluido leerlo o no leerlo. Y hoy habrían sacado la foto de Ana Frank en primera con un editorial muy sesudo explicando que las adolescentes no deberían escribir diarios porque, según los últimos avances de la psicología cognitiva, pueden ser malos para la salud.
(Artículo de opinión escrito por Alfonso González Jerez y publicado por el periódico “La Provincia” el viernes 4 de diciembre de 2019)
Alfonso González Jerez
(Caracas, Venezuela, ¿1965?)
Un periodista al que siempre merece la pena leer
"¿De que hablas que me opongo?" Cada vez surgen mas disputas entre unos y otros pero ahora duran muy poco, la redes sociales son muy activas y las noticias tienen poco camino, siempre llega otra que tapa a la anterior. Abrazos
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