martes, 19 de noviembre de 2019

En las entrañas podridas de la Revolución Rusa


Vladímir Ilich Uliánov (Lenin) llega a Petrogrado en un tren habilitado por Alemania para iniciar la revolución roja el 16 de abril de 1917

LA NAVIDAD
DE PETROGRADO EN 1917

En San Petersburgo había restaurantes
donde se podía comer antes por un rublo.
Cuando la revolución se impuso,
el dinero fue condenado
y todos fuimos pobres.
El lujo era entonces poder comer
aunque la odiosa burguesía
ya no se hallaba allí.

Los bolcheviques llegaron un día,
y en lugar de alimentos,
se disponían a dar discursos.
Mataban a los fieles policías
del zar sin dejar ni uno.
Te daban unos tiques
para obtener pan negro y judías
que se acababan antes de tocarte
el turno en las colas.


Policías y revolucionarios enfrentándose en las calles de Petrogrado

Acuñaron nuevos billetes
que eran sólo papel tintado.
Lo único que tenía valor
era el oro de las joyas.

Las patrullas rojas te registraban
con la excusa del mando del comité
para robarte relojes o abrigos.
De la ola de crímenes
buscábamos salvarnos
vestidos de proletarios.

(Poema escrito por Andrés González Déniz)


La toma del Palacio de Invierno por los bolcheviques

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