El hoyo de las osamentas en la sierra de Atapuerca
(Burgos)
LA SIMA DE LOS HUESOS
(Año 398.000 a. C.)
El hombre de Heidelberg
El hombre de Heidelberg
que cuidaba de un niño
enseñándole a tallar lascas de piedra
y lo protegía de los abusos de los demás,
ha regresado de una batida
con un bulto en la mejilla izquierda.
Le ha roto un diente
el bisonte que pretendía matar
con un hacha de sílex dándole golpes
en lo alto del testuz.
en lo alto del testuz.
Homo Heidelbergensis
El flemón y la fiebre dan por seguro
una infección que acabará matándolo.
una infección que acabará matándolo.
Su hijo está mudo de asombro cuando ve
que quien hace el papel de sacerdote
da paso a un ritual de canibalismo.
da paso a un ritual de canibalismo.
Con uñas y dientes,
los integrantes de la tribu
despedazan, mastican y engullen
al cazador que fue su padre.
al cazador que fue su padre.
Rechaza la carne que le ofrecen,
con una sonrisa sardónica,
con una sonrisa sardónica,
los más ancianos.
Después suben el esqueleto sobrante
hasta un montículo, lo ofrecen al cielo
y lo arrojan por un profundo hoyo
que no cubren.
(Poema escrito por Andrés González Déniz)
Restos óseos humanos en una cueva de Atapuerca
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