Portero modesto, regular y efectivo
BO ANDERSEN
El destino va enhebrando a su antojo
los dolores y un triste resabio queda
de las pretéritas ilusiones. La meta
de la Unión Deportiva fue un cerrojo
muy bien guardado por un danés en quien pocos
confiaban. Aquel arquero vio una tarjeta
amarilla en apenas una treintena
de partidos que disputó para nosotros.
Imagen moderna de un nuevo futuro,
nos hacía sentir cual un club europeo
armado para competir contra los duros
rivales de la UEFA. En un mal sueño
acabó todo, apartado de los suyos,
regresó cariacontecido a su pueblo.
(Poema escrito por Andrés González Déniz)
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