Soledad Álvarez
(Santo Domingo, 1950)
BARBIE
Las dudas no han oscurecido su mirada.
No tiene venas indiscretas en las piernas
ni líneas en el rostro que señalen
la frecuencia de un gesto
o de una desesperanza.
Su perfección es impecable.
Te recuerda tu verdad de mujer que envejece,
la curva cada vez más notoria del vientre,
la aflicción de los pechos,
el temor puntual, cada mañana,
de que aparezcan alrededor de los ojos
las primeras arrugas,
la primera hebra blanca
en el pelo que llevas más corto
para suavizar el paso de los años.
Es como chocar contra un muro
que no habías visto,
pero que estaba a mitad del camino
para esta caída
de la que te levantarás otra
menos hirviente,
quizás menos apetecible
para estos ejercicios lacerantes
en los que pusiste la vida
amando hasta no ser,
dejándote llevar por desiertos de muerte.
Lo que perece con el tiempo
no es sólo el músculo o la piel.
Lo que has ganado
no son sólo estas heridas
que destilan piedad.
Ahora estás a salvo y son las cinco.
Tu hija celebra el cumpleaños
de su muñeca. Las niñas comienzan a llegar.
[Poema de Soledad Álvarez incluido en la Antología de poesía del siglo XX en la República Dominicana, Madrid, Visor, 2011, (colección "La Estafeta del Viento" dirigida por Luis García Montero y Jesús García Sánchez, volumen X), (edición al cuidado de José Mármol y Basilio Belliard), págs. 185-186, pp. 320]
Muy sentida poesía dirigida a esos años que llegan a nuestra vida sin darnos cuenta. Un día nos levantamos , nos miramos al espejo y nos damos cuenta.
ResponderEliminarEs cierto que también ha llegado la experiencia, la vivencia junto a nuestros hijos, nietos y familia. Eso nadie nos lo puede quitar.
Como diría Mario Vargas Llosa.
La verdadera belleza está en las arrugas de la felicidad...
Un beso,
Andrés , como insertar varias melodias en mi blog. Uso MixPod. Me ayudas por favor.
ResponderEliminarTu música me encanta.
Gracias