NO ME INVITARON
Pero no me invitaron. Causé perplejidad,
aunque tampoco hubo fiesta ni enigma,
tan sólo un palimpsesto. Eso fue todo.
Nada había en tal fiesta.
Nada había en tal fiesta.
Palimpsesto debajo, tras la puerta.
El neófito se lo bebe, impasible,
al flujo de la aldaba.
(A su hora invisible no me invitaron).
"Yermo-espacio-aire"
Rodrigo Burgos Esparza
(Chile)
Rodrigo Burgos Esparza
(Chile)
En la puerta una aldaba,
no me invitaron,
pero entré por la hendidura,
pues soy aire. El aire es la materia
que repta por las grietas del lenguaje,
cómo no, por el vano de la puerta
cuando el enigma apremia.
Yo, que busco una forma
que limite al Norte con el canto del jilguero,
al Sur con la huella perseguida,
al Este con la grulla de Poniente,
al Oeste con el llanto de los náufragos.
"Le déjeuner des canotiers"
(1881)
Pierre-Auguste Renoir
(Limoges, 1841 - Cagnes-sur-Mer, 1919)
Pierre-Auguste Renoir
(Limoges, 1841 - Cagnes-sur-Mer, 1919)
No me invitaron, pero causé perplejidad.
Nada había en la fiesta,
el hallazgo fui yo para la nada.
El desván estaba lleno de objetos
el hallazgo fui yo para la nada.
El desván estaba lleno de objetos
sin consistencia ni solidez,
un edecán se levanta y se esfuma
un edecán se levanta y se esfuma
en una nube de polvo, un río
que siempre lleva la misma agua
huérfano de movimiento e inercia,
un aire devorador de asfixia,
una luz lampadófoga,
un fuego que apaga la sed,
un poema dedicado a un heterónimo de Li Po,
una cucaracha que piensa
en el laberinto de Knossos,
unas muchachas persas que hablan
griego demótico y sánscrito
y se callan el lenguaje cadáver del cordero.
y se callan el lenguaje cadáver del cordero.
Sala del Palacio Minoico de Knossos en la isla de Creta
Es la fiesta del caos a la que no me invitaron
los Guardianes de la Puerta
ni los Edecanes de Aldaba.
Yo, que tenía una caja llena de palabras
Yo, que tenía una caja llena de palabras
todas de primera mano, todas sin ver la luz
de la primera aurora,
y ellos me dijeron: respira,
y ellos me dijeron: respira,
transmuta la realidad.
Y ellos me dijeron: respiración
Y ellos me dijeron: respiración
para la mirada del pensamiento,
la realidad como objeto pensado
Tú, que respiras la inmanencia del otro,
te quedaste perplejo con mi luz de Minotauro.
Tú, que ves la ceguera y la asfixia
Tú, que ves la ceguera y la asfixia
cuando las palabras llegan del páramo
sin tus huellas de leopardo doméstico.
Tú, que dejaste la nave en el escollo
Tú, que dejaste la nave en el escollo
y te fuiste en el bajel a surcar el vacío
que no es vacío, sino el nombre de la nada.
Tú, que llenas la oquedad
Tú, que llenas la oquedad
de adorables cadáveres.
(Poema tomado de Arroyo Silva, Antonio: Symphonia,
Me introduje en tus reflexiones y pensé, leí el poema de Antonio Silva y soñé.
ResponderEliminarEscuché tu música y me quedé.
Besos,
Gracias por visitarme en mis blogs.
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