POR QUÉ CAEN LAS NACIONES
España se complica. Algo grave
ocurre en nuestra sociedad que agoniza por falta de valores. Sin valores no
puede haber valor. Un cóctel letal, mezcla de una ambición desmedida sin
talento, una sequía ética y la pereza como actitud bien vista, nos ha
convertido en víctimas de una crisis amplificada por cinco lentes: económica,
política, institucional, intelectual y moral. La recuperación de una enfermedad
de tal calibre requiere un periodo de tratamiento tan largo e intenso que no es
posible garantizar la recuperación. Lo más grave de esta crisis es que volvemos
a repetir los mismos estúpidos errores del pasado que para muchos nos sitúan en
1934. Signos alarmantes, abusivos y totalitarios amenazan con romper la
concordia nacional y vuelven a invocar la herencia desastrosa de la Segunda
República. En los 200 años que van desde el 19 de marzo de 1812, fecha en que
vio la luz la primera constitución liberal española (y tercera del mundo) al 29
de marzo de 2012, no hemos aprendido nada.
"El Juramento de las Cortes de Cádiz
en la Iglesia Mayor de San Fernando"
(1862)
José María Casado del Alisal
(Palencia, 1832 - Madrid, 1886)
Para alejar el fantasma del
comunismo, las sociedades capitalistas favorecieron a principios del siglo
pasado el derecho a la huelga, la reducción de la jornada laboral y muchos
otros avances sociales. Hoy día no hay ningún país de la Unión Europea que no
defienda el acceso universal a la sanidad, una educación pública decente y una
justicia social que otorgue los mismos derechos a hombres y mujeres. ¿Qué es lo
que ha quedado de ser de izquierdas? Nada. La apropiación indebida del término
progresista por los partidos de izquierda (algunos de ellos de corte
totalitario y anti-progresista) los devuelve al siglo XIX. La expansión del
Estado del Bienestar ha llegado a su fin. Ahora nos toca vivir de otra manera
para mantenerlo. Me asquea la inmensa inanidad intelectual de las
organizaciones sindicales y de muchos políticos de izquierda. Con la negación
de los valores de las modernas democracias europeas y su enfermizo sectarismo,
chantajean a la ciudadanía con el mensaje de que si en España no gobierna la izquierda,
la democracia es de segunda división y fraudulenta.
El Ministro de Hacienda haciendo lo que puede con la herencia socialista
(Viñeta de Esteban)
España debe ser el único país con
17 sistemas educativos y 17 sistemas sanitarios. España debe ser el único país
en el que nos duran más los zapatos que las leyes de educación. España debe ser
el único país que no ve que el fracaso escolar es en realidad un fracaso
social: perder un tercio de nuestro talento en un país sin recursos naturales
es algo que no podemos permitirnos por más tiempo. España debe ser el único
país europeo que se ha quedado sin influencia científica al ir dejando a la
ciencia sin mano de obra. España debe ser el único país europeo en donde las
Universidades no tienen como único patrón de medida la excelencia, la
competitividad y la internacionalización.
Joven antisistema dispuesto a destrozar en vez de construir
(Viñeta de Borja Montoro)
(Viñeta de Borja Montoro)
España debe ser el único país del
mundo donde la lengua común es perseguida; en Francia se troncharían de la risa
si se pidiera la oficialidad de las lenguas regionales. España debe ser el
único país en el que presidentes regionales respaldan a los ayuntamientos que
no izan la bandera de España. España debe ser el único país europeo donde los
ciudadanos han permitido que analfabetos políticos hayan llegado a ser
ministros o a representar a España en el extranjero. España debe ser el único
país en el que hemos aceptado que nuestros representantes políticos y sus
asesores vivan una vida de lujo casi sin límites. España es la “anti-Islandia”:
vota y vuelve a votar a los mismos políticos que han dejado las arcas del
Estado y de muchas regiones en números infrarrojos.
(Parte de un artículo de opinión escrito por Jesús Villar y publicado
en el periódico “La Provincia” el domingo 1 de abril de 2012)
Jesús Villar
(Neumólogo)
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