martes, 3 de abril de 2012

Diagnosticando los carcinomas que nos corroen




POR QUÉ CAEN LAS NACIONES

España se complica. Algo grave ocurre en nuestra sociedad que agoniza por falta de valores. Sin valores no puede haber valor. Un cóctel letal, mezcla de una ambición desmedida sin talento, una sequía ética y la pereza como actitud bien vista, nos ha convertido en víctimas de una crisis amplificada por cinco lentes: económica, política, institucional, intelectual y moral. La recuperación de una enfermedad de tal calibre requiere un periodo de tratamiento tan largo e intenso que no es posible garantizar la recuperación. Lo más grave de esta crisis es que volvemos a repetir los mismos estúpidos errores del pasado que para muchos nos sitúan en 1934. Signos alarmantes, abusivos y totalitarios amenazan con romper la concordia nacional y vuelven a invocar la herencia desastrosa de la Segunda República. En los 200 años que van desde el 19 de marzo de 1812, fecha en que vio la luz la primera constitución liberal española (y tercera del mundo) al 29 de marzo de 2012, no hemos aprendido nada.


"El Juramento de las Cortes de Cádiz
en la Iglesia Mayor de San Fernando"
(1862)
José María Casado del Alisal
(Palencia, 1832 - Madrid, 1886)


Para alejar el fantasma del comunismo, las sociedades capitalistas favorecieron a principios del siglo pasado el derecho a la huelga, la reducción de la jornada laboral y muchos otros avances sociales. Hoy día no hay ningún país de la Unión Europea que no defienda el acceso universal a la sanidad, una educación pública decente y una justicia social que otorgue los mismos derechos a hombres y mujeres. ¿Qué es lo que ha quedado de ser de izquierdas? Nada. La apropiación indebida del término progresista por los partidos de izquierda (algunos de ellos de corte totalitario y anti-progresista) los devuelve al siglo XIX. La expansión del Estado del Bienestar ha llegado a su fin. Ahora nos toca vivir de otra manera para mantenerlo. Me asquea la inmensa inanidad intelectual de las organizaciones sindicales y de muchos políticos de izquierda. Con la negación de los valores de las modernas democracias europeas y su enfermizo sectarismo, chantajean a la ciudadanía con el mensaje de que si en España no gobierna la izquierda, la democracia es de segunda división y fraudulenta.


El Ministro de Hacienda haciendo lo que puede con la herencia socialista
(Viñeta de Esteban)


España debe ser el único país con 17 sistemas educativos y 17 sistemas sanitarios. España debe ser el único país en el que nos duran más los zapatos que las leyes de educación. España debe ser el único país que no ve que el fracaso escolar es en realidad un fracaso social: perder un tercio de nuestro talento en un país sin recursos naturales es algo que no podemos permitirnos por más tiempo. España debe ser el único país europeo que se ha quedado sin influencia científica al ir dejando a la ciencia sin mano de obra. España debe ser el único país europeo en donde las Universidades no tienen como único patrón de medida la excelencia, la competitividad y la internacionalización.


Joven antisistema dispuesto a destrozar en vez de construir
(Viñeta de Borja Montoro)



España debe ser el único país del mundo donde la lengua común es perseguida; en Francia se troncharían de la risa si se pidiera la oficialidad de las lenguas regionales. España debe ser el único país en el que presidentes regionales respaldan a los ayuntamientos que no izan la bandera de España. España debe ser el único país europeo donde los ciudadanos han permitido que analfabetos políticos hayan llegado a ser ministros o a representar a España en el extranjero. España debe ser el único país en el que hemos aceptado que nuestros representantes políticos y sus asesores vivan una vida de lujo casi sin límites. España es la “anti-Islandia”: vota y vuelve a votar a los mismos políticos que han dejado las arcas del Estado y de muchas regiones en números infrarrojos.

(Parte de un artículo de opinión escrito por Jesús Villar y publicado
en el periódico “La Provincia” el domingo 1 de abril de 2012)


Jesús Villar
(Neumólogo)

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