lunes, 17 de septiembre de 2012

El artista que hace vívida la ensoñación del color


José Antonio García Álvarez
(Las Palmas de Gran Canaria, 1954)
Pintando en su estudio un cuadro de la serie que expone
desde el 13 de septiembre hasta el 7 de octubre en el Edificio Miller

INCURSIÓN
EN
“EL MAR DE LA MEMORIA”

Acudí a ver la exposición de marinas al óleo de José Antonio García Álvarez un domingo tan claro y luminoso como los cuadros que me esperaban. Nada más sortear la entrada me acogió una atmósfera musical de olas como las que se escuchan con marea alta en la playa de Las Canteras por la noche. El primer impacto lo recibí al ver el gran formato de los lienzos. Los había visto previamente por internet y me los imaginaba más pequeños. Parece mentira que el tamaño importe en arte, pero así es. Hay obras que merecen mayores dimensiones, como la “Gala de las esferas” de Salvador Dalí, cuya pequeñez fue lo único decepcionante cuando la vi en el Teatro-Museo de Figueras.


"El mar de la memoria"
(42)
Óleo sobre lienzo
(114 x 146 cm.)

El trabajo de García Álvarez requiere de las grandes proporciones. Todavía recuerdo la sensación de alegría y actualidad que sus murales me transmitieron a mediados de la década de los noventa en el paseo marítimo cerca de La Puntilla. Su labor y la de Fernando Álamo me cautivaron. Ambos son pintores que dominan el arte al que se dedican con disciplina obsesiva. En García Álvarez hay energía, luz intensa, nitidez cromática, textura espumosa, trazos rápidos, lágrimas subliminales, optimismo vital, comunión panteísta y enfoque onírico de la naturaleza. Sólo en dos piezas de esta exposición percibí lóbregos tintes cavernosos y submarinos al modo que hubiera descrito Howard Phillips Lovecraft en el campo de la literatura.


"El mar de la memoria"
(58)
Óleo sobre lienzo
(89 x 130 cm.)

De resto, todo era explosión de colorido, irradiación solar sobre la arena, tonalidades de azul límpido, visiones cálidas de un artista que pinta no lo que se ve, sino cómo él lo ve. Un hombre que no imita la naturaleza ni trata de mimetizarla, sino que intenta expresar lo que de ella capta para resaltarlo. Un pintor tocado con el halo mágico de la autenticidad pictórica y las cualidades para llevarla a cabo, alguien que ha alcanzado la difícil sencillez tras muchos años de aprendizaje, experimentación, estudio y trabajo. No es ningún parvenu como pudiera serlo cualquiera que se atreviese a pintar juzgándolo una tarea fácil.


"El mar de la memoria"
(30)
Óleo sobre lienzo
(33 x 41 cm.)

Esta serie me encanta hasta el punto de que, si en lugar de 95 cuadros hubieran sido 200, no me habrían cansado. Me congratulo al saber que su autor no la da por terminada. Ahí están el mar, la arena, la barra basáltica y el cielo de aquel verano del 66 y de todos los veranos, aquellos en que volvimos a nuestra playa para buscar cómo recuperarlo de nuevo una y otra vez. José Antonio es como un arúspice cuyo territorio sagrado se delimita en Las Canteras, a la que paradigmatiza tratando de sintetizar su esencia en una amalgama de fragmentos/cuadros que en conjunto articulan una mitología de luz y agua.


"El mar de la memoria"
(45)
Óleo sobre lienzo
(114 x 146 cm.)

Él mismo en persona estaba allí y se mostró afable, conversador y accesible como ningún otro pintor cotizado que haya conocido hasta ahora. Le dije poco antes de marcharme que un cuadro en concreto de los allí expuestos podía ser la última imagen que me llevara de este mundo antes de partir al Hades.


"El mar de la memoria"
(62)
Óleo sobre lienzo
(89 x 130 cm.)

Y es que ésa es la grandeza del arte, porque aquel lienzo actúa como una retina que graba una parte sustancial de los recuerdos de la infancia, esos primigenios días de nuestra vida cuando el sol nos encandiló y a partir de ahí ansiábamos volver a recibir el deslumbramiento de aquellos días tórridos en la playa. Ése cuadro es un icono que condensa la caliginosa percepción que se me ha quedado grabada. Una sensación profunda que no sabría cómo expresar con palabras que no sonaran repetitivas y gastadas. Lo que sí sé es que José Antonio ha sabido pintarla.


"El mar de la memoria"
(01)
Óleo sobre lienzo
(46 x 55 cm.)

1 comentario:

  1. Muchísimas gracias Andres. Me gusta mucho el análisis que has hecho después de visitar mi exposición y en la que tuve la oportunidad de cambiar impresiones contigo en una mañana llena de luz. Un fuerte abrazo. José Antonio García Alvarez.

    ResponderEliminar