domingo, 15 de septiembre de 2013

Una obra que se convirtió en un clásico francés

 
 
VIDA DE UN CROUPIER
 
"Éramos doce bocas. De un día para otro,
un plato de setas me dejó solo en el mundo"
 
"Los primeros fallecimientos fueron anunciados no sin cierta compunción, como debe ser. Pero a partir de la cuarta muerte los anuncios se hicieron breves"
 
"Ante un plato, no me preguntaba: ¿Quieres más?, sino que me decía: ¿Ya no quieres más? Y aquella pregunta era una orden"
 
"Me ha sido dado, durante mi agitada vida, conocer a muchos seres malvados y mezquinos, pero nunca he visto seres más mezquinos y malvados que aquellos"
 
"Fue en Caen donde me fue dado ver por primera vez lo que se llama gente rica. Siempre en busca de placer o de alegría, capaces de tomar un desvío de treinta kilómetros para comer una ratatouille notable o una tortilla famosa, tienen ese aspecto que otorgan la independencia y la comodidad"
 
"Hay gente a la que llaman rica a ciegas, pues de ordinario esta afirmación se funda tan sólo en las apariencias. La palabra rico, en este caso, hace alusión sólo al dinero que gastan, y del que otros sacan provecho, al fin y al cabo"
 
"Ser rico, una vez más, no es
tener dinero: es gastarlo"
 
"¡Una sopera de plata vale oro! Pero, ¿cuál es el valor de una moneda de oro? Un poco de plata"
 
"Si no hubiera gente demasiado rica, habría muchos más pobres sobre la faz de la tierra. Y, si yo fuera el gobierno, sería sobre los signos exteriores de pobreza fingida sobre los que impondría despiadados impuestos a las personas que no gastan sus ingresos"
 
"El cheque sin fondos es una operación bancaria prevista en el Código de instrucción criminal, y es justo que sea castigado con severidad. Yo sería alegre partidario de una severidad idéntica hacia los fondos sin cheques. El hombre que atesora rompe la cadencia de la vida al interrumpir la circulación monetaria"
 
 
Plato de ratatouille hecho con hortalizas
 
"Una noche, trabajando de botones en un hotel, el conde Greffulhe me dijo: Llámame señor Conde, por favor. A partir del día siguiente, los llamaba a todos señor Conde. El cohesor, el voltámetro y el pararrayos han hecho mayores favores a la humanidad, pero la idea tampoco era mala. Sólo los duques, los príncipes y los marqueses se ofendían: una escasa minoría"
 
"Comprendí que, en cuanto conoces
a todo el mundo, todo el mundo te conoce"
 
"Por lo bajo, para mí solo, decía: ¡Salgan! ¡Entren! ¡Entren! ¡Salgan! Y tenía la impresión de que toda aquella gente me obedecía"
 
"¡París! Una gran impresión, debo decir. Pero no muy buena impresión, debo añadir. No, demasiada gente. Demasiados ricos y demasiados pobres, demasiadas chicas en las aceras, demasiada gente que trabaja y demasiada gente que no trabaja. Demasiada grandeza y miseria. Demasiada lluvia cuando llueve, demasiado calor cuando hace calor y, cuando llega el invierno, demasiado frío"
 
"Cada uno tiene su París en París. El mío empieza en el Arco de Triunfo y termina en la Plaza de la República, pasando por los Campos Elíseos, la calle Royale y los Grandes Boulevares"
 
"Ser parisino es único e inestimable. Se es o no se es. Ser de París es una mezcla indefinible de ingenio, gusto, esnobismo, credulidad, valentía y amoralidad"
 
"¿Y la moda, dices? Créala si puedes, pero no la sigas jamás. No debes estar a la moda. El auténtico parisino es el que lleva quince años de retraso sobre ella —o quince años de adelanto—. Parecerías un provinciano si siguieras la moda"
 
"Se deben saber de ti algunas cosas, por supuesto. Pero no es malo que sean imprecisas. Deben creerte casado si no lo estás —y divorciado si estás casado—. No deben conocer el nombre de tus amantes más que cuando te separes de ellas. Debe parecer que ocultas algo para que se cree una leyenda a tu alrededor. Y si puedes insinuar que Napoleón III fue amante de tu abuela, excelente. No confieses nada, y todo lo que digan de ti acabará por ser verdad y acabarás por creerlo tú mismo"
 
"El señor de Talleyrand decía en 1812 que quienes no habían vivido en 1772 no habían conocido la dulzura de la vida. No hay que asombrarse, pues, de oír hoy que quienes no vivieron en 1912 ignoraron la dulzura de la vida"
 
"Creo que siempre se echa de menos la época en la que se tienen veinte años, ¡sobre todo cuando se han tenido en París!"
 
 
Panorámica nocturna de París
 
"Mónaco me conquistó enseguida. Actualmente está bien que a uno no le guste Mónaco, encontrarlo anticuado, muy pre-guerra. Pero no es una opinión, es un decreto. Existen hombres, en efecto, cuya función —diría incluso su profesión, pues de eso viven— es decretar que tal escritor, tal restaurante, tal pintor o tal lugar ya no está de moda, y al mismo tiempo nos designan al escritor que hay que leer, al pintor que hay que admirar, el lugar al que hay que ir. Como pilotos del último barco, indican el camino a los borregos del rebaño"
 
"¿Mónaco? No se puede hacer una opereta sobre ese país: ¡ya lo es en sí mismo! Geográficamente es una roca en forma de cabeza de perro que no tiene más de 600 metros de longitud y una anchura de alrededor de 200 metros"
 
"Los únicos objetos antiguos jamás encontrados en esta roca son algunas monedas romanas. Encuentro que es en extremo gracioso, sí, pensar que ya en la antigüedad se perdía dinero en Mónaco"
 
"No hay monegascos en Montecarlo. No es una ciudad extranjera: es una ciudad para extranjeros. ¿Dónde están los monegascos? En el casino, de crupieres. En Mónaco no se es crupier, se nace crupier. Es un cargo hereditario"
 
"No hay monegascos ricos por la buena razón de que no hay monegascos pobres"
 
"En mitad del pueblo: un palacio. En mitad de la ciudad: un casino. En el palacio reina un príncipe. En el palacio reina un dios: el Azar. Para ir al palacio todos los caminos suben. Todos ellos bajan para ir al casino"
 
"En Montecarlo, primero se construyó un casino, alrededor del cual se elevó toda una ciudad"
 
"En Montecarlo los colores son engañosos; los sentimientos, artificiales; y las fortunas, ficticias"
 
"En todos los casinos del mundo se abre el juego hacia las cinco de la tarde. En Mónaco el tratamiento comienza a las diez de la mañana y no termina hasta las dos del día siguiente, y así durante todo el año"
 
"Las ancianas son las primeras en estar allí. Esperan a que abran las puertas para ir a toda prisa a ocupar algunos sitios que juzgan favorables porque el día anterior dieron suerte a otras ancianas"
 
"François Blanc, que fundó Montecarlo, ganó más de 800 millones en aquella empresa. Sí, aquel hombre del que se decía: Salga rojo o negro, siempre gana Blanc"
 
 
El Casino de Montecarlo de estilo imperial o " Napoleón III",
obra del arquitecto Charles Garnier (París, 1825 - 1898)
 
"Un día en que un inspector acababa de informarle de que el gran duque Constantino llevaba una hora ganando al treinta y cuarenta más de 300.000 francos, Blanc preguntó:
—¿Está de pie o sentado?
—De pie.
—Apañáoslas para que se siente. Lo perderá todo.
Sabía que, para salir victorioso, hay que estar ya en pie"
 
"Fue en Montecarlo donde hice el amor por primera vez. Ella había hecho lo que habíamos hecho juntos sólo por su placer personal, sin ocuparse nunca del mío. En resumen, me había hecho ir a su habitación como se llama al pedicuro o al peluquero, para una causa definida, para un servicio determinado. Así me lo demostró cuando nos despedimos y me rechazó la mano que me creí obligado a tenderle"
 
"En Angulema me recuerdo solo por calles cuesta arriba. Y, sin embargo, si subí por ellas, tuve que bajar también. Sin duda. Pero, en mi recuerdo, siempre me veo subiendo"
 
"Hay dos modos, siempre, de ejercer
una profesión: con o sin gusto"
 
"Creo que nadie pasó tan poco tiempo en el frente como yo. Llegamos a la línea de fuego a las cuatro de la mañana, y a las cuatro y un minuto ya había recibido un impacto de obús en la rodilla derecha"
 
"Me cuentan que un tal Charbonnier me salvó la vida al desenterrarme y cargarme a su espalda. Pregunto dónde está. Me contestan que deben de estar cortándole el brazo"
 
"En aquella época sentía un absoluto desprecio por los jugadores. Con excepción de un hombre de cada veinte, o de una mujer de cada cuarenta, los jugadores no eran sino canallas o imbéciles"
 
"La buena gente es escasa
y las mujeres honestas, escasísimas"
 
"Si el exceso en todo es un defecto, no jugar
en absoluto es un defecto, ya que es excesivo"
 
"Todos los días ponemos en juego
nuestra salud y nuestra felicidad"
 
"¿Quién se arruina en el juego? Los que no son dueños de sus pasiones ni de sus nervios. Es decir, los imbéciles, los débiles, los vacilantes y los incapaces. Los que se arruinan en el juego se habrían arruinado igual en los negocios o con las mujeres"
 
"El juego cura del juego
y es el único que puede hacerlo"
 
[Fragmentos tomados de Guitry, Sacha: Memorias de un tramposo, (Mémoires d'un tricheur, Editions Gallimard, 1935), Cáceres, Periférica, 2012, 1ª edición, (traducción de Laura Salas Rodríguez), pp. 102]
 
 
Alexandre-Pierre Georges
"Sacha" Guitry
(San Petersburgo, 1885 - París, 1957)
Actor, guionista, escenógrafo, director de cine y escritor

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