viernes, 2 de septiembre de 2016

Una película bien construida para entretenernos

 
Costó 17 millones de dólares y ha recaudado ya 85
 
INFIERNO AZUL
(THE SHALLOWS/LOS BAJÍOS)
(2016)
 
Esta película es superior a "Jaws" ("Tiburón") que Steven Spielberg dirigió en 1975, más difícil técnicamente de rodar (imágenes superpuestas de teléfono móvil y de videocámara "GoPro"), precisa en cuanto al guion, elaborado a partir de un inicio que culmina con un final que le confiere una estructura redonda. Pero no es el primer trabajo cinematográfico sobre el tema y el impacto no puede ser el mismo. Recuérdese que la original fue la más taquillera de la historia hasta ese momento.
 
 
Los amantes del surf gozarán con las olas de esta playa magnífica
 
Rodada en el este de Australia, concretamente en Nueva Gales del Sur, la magia de la pantalla nos hace creer la ficción de que estamos en la costa de México. La protagonista, Blake Lively, realiza un papel excepcional, alejada de todo divismo. Óscar Jaenada, con su dicción, nos hace más creíble la sensación de estar en el país de los mariachis. La música de Marco Beltrami va completamente acorde con los momentos de tensión y tranquilidad relativa que se alternan en una cinta de estas características.
 
 
El tiburón es el gran antagonista que encarna el terror del mal
 
Produce más angustia que miedo, es cierto, y hay detalles encantadores como el de la gaviota herida que acompaña a Nancy, la pobre víctima del gran tiburón blanco. Éste ataca porque una vez fue víctima de una especie de arponazo por parte de los humanos, una explicación un tanto pueril para poder pretextar su cruel obstinación contra las personas. El elemento de una ballena moribunda a la que el tiburón da dentelladas es una novedad que contribuye a darle solidez y continuidad al desarrollo de la trama. Digamos que Nancy pasa de protegerse en su lomo a nadar luego hacia una roca y finalmente hasta una boya.
 
 
Blake Lively
(Black Ellender Brown)
(Los Ángeles, 1987)
Demuestra ser tan buena actriz como modelo
 
Es un orgullo que el director sea un artista español, catalán por más señas. Se llama Jaume Collet-Serra y para mí ha sido todo un descubrimiento. Tiene talento y dominio técnico de la cámara. La película, además, goza de un montaje hecho con precisión quirúrgica. Nada sobra y nada falta. Qué difícil debe ser triunfar en el Hollywood actual cuando una cinta como ésta no recibe todos los parabienes que merecería. El texto de Anthony Jaswinski lo firmaría el propio Peter Benchley. Hasta los actores secundarios se lucen con su trabajo, especialmente Diego Espejel haciendo de un borracho que acude a la playa para robar en lugar de ayudar a la muchacha desesperada.
 
 
Muchas  escenas combinan las tomas de superficie con las subacuáticas,
lo que aumenta considerablemente el grado de dificultad del rodaje
 
Sé que críticos muy rigurosos calificarían pobremente a esta película por la sencilla razón de considerarla hasta cierto punto rutinaria. Me parece injusto y fácil criticar sin ponerse en la piel de sus creadores. Si uno lo piensa bien, antes de que la rodaran tenían un reto: el de forjar una obra de arte desde la nada. A mi juicio lo han conseguido. No en el campo de la escultura, ni en el del ballet o la literatura fantástica, pero sí en el del cine que se ve con fruición, sin que canse, manteniéndote pegado a la butaca porque estás deseando saber qué va a pasar a continuación, como cuando lees una buena novela.
 
(Reseña crítica escrita por Andrés González Déniz) 
 

Para el mercado hispanoamericano decidieron
titularla de distinta manera: "Miedo profundo"

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