Edición de Paidós (año 2000)
LOS HÁBITOS AMOROSOS
EN LA ANTIGUA ROMA
"El sentimiento amoroso es experimentado profundamente por todos los seres humanos y se encuentra, pese a esto, sometido al vaivén de las modas"
"Existe, en cada época, un estilo amoroso propio, al igual que existen distintos estilos de muebles o de vestimenta"
"Atenea, virgen guerrera, no conoció nunca el amor. Su maternidad no la llegó a experimentar corporalmente, pues la semilla de Hefesto tan sólo rozó a la diosa que, recostada en tierra, suscitó el nacimiento de Erictonio. ¡Pareciera que a la divinidad de la razón le estuviera negado conocer las locuras de Afrodita!"
"El amor en la antigüedad no parecía placentero más que si se presentaba al margen del matrimonio: la belleza de Helena no destaca más que a los ojos de Paris o de los ancianos troyanos. Para Menelao se convierte en deseable sólo después de haber pertenecido a otro hombre; hasta ese momento ella había sido antes que nada la madre de Hermíone"
"En Roma al amor conyugal se le otorgó siempre la más alta consideración, un tipo de amor que se generalizó bajo la forma de la ternura"
"Las diatribas de los autores cristianos acusaron de desenfreno a todo cuanto oliera a paganismo"
"Las matronas que en las antiguas aldeas del Lacio portaban en procesión un falo sagrado no eran por ello prostitutas o libertinas"
Pierre Grimal
(París, 1912 - 1996)
Historiador, biógrafo, escritor, latinista, académico,
profesor universitario, novelista y traductor
"A los niños se les educaba en el sentido de que el cuerpo exige determinado pudor, y a las niñas en el respeto de la castitas, además de algunas otras reglamentaciones que limitaban la búsqueda desordenada"
"La sociedad romana ignoraba el sentimiento de pecado, pero en su inmensa mayoría seguía determinadas reglas de decencia"
"Se consideraba censurable amar a una matrona cuando uno no era su esposo legítimo, pero no lo era el hecho de acostarse con una cortesana, con una liberta o, menos aún, con una esclava, a condición de que no fuera dilapidada en esos amoríos la propia fortuna"
"Los amores entre los hombres que los romanos conocieron lo fueron sobre todo a raíz de una moda venida de Grecia, y en Roma se toleraban estas formas de amor masculino si el objeto de deseo pasaba a ser un esclavo"
"Roma comenzó siendo una sociedad de pastores en la que predominaban las estructuras patriarcales"
"Desde principios de la época imperial los romanos pudientes a menudo rechazaban el matrimonio con mujeres de su misma clase social, prefiriendo convivir con libertas, a las que juzgaban más dóciles en el trato o quizá, simplemente, más cariñosas"
"Un factor relacionado con la decadencia de Roma fue el desmesurado incremento de la riqueza en detrimento de la moral, es decir, del cultivo de la disciplina personal"
Edición de Planeta (año 2012)
"Los sirvientes masculinos y femeninos estaban dispuestos no solamente a satisfacer los menores caprichos de sus amos, sino incluso adelantarse a ellos"
"Las hermanas de Calígula se sirvieron de sus armas femeninas para incitar a los aristócratas a traicionar al emperador"
"El amo, incluso estando legítimamente casado, gustaba de rodearse de concubinas y jóvenes esclavas"
"La fidelidad femenina quedaba compensada por cierta facilidad a la hora de divorciarse, pues una serie sucesiva de maridos venía a sustituir a los múltiples amantes prohibidos"
"Los celos acabaron por considerarse, en la alta sociedad, la manifestación de un espíritu poco cultivado"
"Los romanos supieron neutralizar la impetuosa violencia del sentimiento amoroso"
"El matrimonio nunca fue considerado por los romanos como una obligación: esta institución reposaba sobre la libre elección"
[Fragmentos extraídos de Grimal, Pierre: El amor en la Roma antigua, (título original: L'amour à Rome), Madrid, Espasa-Calpe, 2017, (colección "Austral", nº 935), (traducción de Javier Palacio Tauste), pp. 350, pvp: 9'95 euros]
La primera edición de este título en francés tuvo lugar
en 1998, dos años después de la muerte de su autor
Parece que los modelos amatorios han sufrido cambios según los siglos, ha sido un ahora si, ahora no, hasta llegar a este momento. Un abrazo
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