(Cayo Valerio Catulo)
(Verona, 87 a. C. - 57 a. C.)
(Verona, 87 a. C. - 57 a. C.)
Poeta latino
POEMAS
III
Lugete, o Veneres Cupidinesque
et quantum est hominum venustiorum.
Passer mortuus est meae puellae.
Passer, deliciae meae puellae,
quem plus illa oculis suis amabat;
nam mellitus erat suamque norat
ipsam tam bene quam puella matrem.
Nec sese a gremio illius movebat,
sed circumsiliens modo huc modo illuc
ad solam dominam usque pipiabat.
Qui nunc it per iter tenebricosum
illuc unde negant redire quemquam.
At vobis male sit, malae tenebrae
Orci, quae omnia bella devoratis,
tam bellum mihi passere abstulistis.
O factum male! O miselle passer!
Tua nunc opera meae puellae
fiendo turgidoli rubent ocelli.
III
Venus, Cupidos, desatad el llanto,
llorad cuantos amáis las cosas bellas.
El pajarillo de mi amada ha muerto.
El gorrión, la prenda de mi amante,
a quien más que a sus ojos ella amaba.
Dulcísimo, a su dueña distinguía,
como niña a su madre, entre la gente.
De su regazo nunca estaba lejos
sino que, saltarín, la rodeaba
piando siempre sólo para ella.
Ahora vuela por tenebrosos aires
hacia el lugar de donde nadie vuelve.
¡Malditas, sí, malditas las tinieblas
del Orco, que engullís toda hermosura
y gorrión tan bello me quitasteis!
¡Oh, desgracia! ¡Oh, perdido gorrión!
Rojos mi amada tiene por tu ausencia
sus dulces ojos de llorar por ti.
V
Vivamus, mea Lesbia, atque amemus,
rumoresque senum severiorum
omnes unius aestimemus assis.
Soles occidere et redire possunt:
nobis, cum semel occidit brevis lux,
hox est perpetua una dormienda.
Da mi basia mille, deinde centum,
dein mille altera, dein secunda centum,
deinde usque altera mille, deinde centum,
dein, cum milia multa fecerimus,
conturbabimus illa, ne sciamus,
aut nequis malus invidere possit,
cum tantum sciat esse basiorum.
V
Lesbia mía, vivamos y gocémonos,
sin que la opinión de los severos ancianos
nos importe a ti y a mí un bledo.
El sol puede ponerse, salir luego,
pero si cesa nuestra luz, nosotros
en una eterna noche dormiremos.
Dame mil besos, pues, luego otros cien,
acto seguido otros mil, y después otros cien más,
todavía otros mil, a continuación cientos,
de tal manera que, al final, la cuenta
se perderá y le será imposible
al envidioso y a su maleficio
saber cuántos han sido nuestros besos.
El río Adigio a su paso por Verona, la ciudad natal del escritor
CVIII
Si, Comini, populi arbitrio tua cana senectus
spurcata impuris moribus intereat,
non equidem dubito quin primum inimica bonorum
lingua execta avido sit data volturio,
effossos oculos voret atro gutture corvus,
intestina canes, cetera membra lupi.
CVIII
Si el voto popular, Cominio, al fin pusiera
límite a las abyectas costumbres de tus canas,
pienso que esa enemiga de todos los humanos,
tu lengua, se daría a los buitres; tus ojos,
arrancados, irían a las entrañas de un cuervo;
tus tripas, a los perros; lo demás, a los lobos.
LXXIII
Desine de quoquam quicquam bene nelle mereri
aut aliquem fieri posse putare pium.
Omnia sunt ingrata. Nihil fecisse benigne,
immo prodest etiam taedet obestque magis,
ut mihi, quem nemo gravius nec acerbius urget
quam modo qui me unum atque unicum amicum habuit.
LXXIII
Cesa de desear la gratitud de nadie
y de creer que alguien sea leal.
Todo es ingratitud. La bondad perjudica,
pues hasta el bien se vuelve contra uno.
Eso me ocurre a mí, vendido cruelmente
por quien hasta hace poco fue mi amigo.
(1907)
Edward John Poynter
(París, 1836 - Londres, 1919)
Pintor, diseñador y dibujante inglés
LXX
Nulli se dicit mulier mea nubere malle
quam mihi, non si se Iuppter ipse petat.
Dicit, sed mulier cupido quod dicit amanti
in vento et rapida scribere oportet aqua.
LXX
A nadie más que a mí, ni al propio Júpiter,
dice mi Lesbia que podría amar.
Dice, pero lo que toda mujer confiesa a su amante
escrito queda en el viento o en el agua rápida.
LXXXV
Odi et amo. Quare id faciam fortasse requiris.
Nescio, sed fieri sentio et excrucior.
LXXXV
Odio y amo. Tal vez penséis cómo es posible.
Lo ignoro, pero lo siento y me torturo.
CXII
Multus homo es, Naso, nesque tecum multus homost qui
descendit, Naso, multus es et pathicus.
CXII
Mucho hombre eres, Nasón, pero quien te acompaña
no es mucho hombre, Nasón, sino muy marica.
[Poesías extraídas de Catulo: Poemas, Barcelona, Plaza y Janés editores, 1984, (traducción, introducción y notas de Mariano Roldán), (texto bilingüe), pp. 215, pvp: 10 euros]
"Suus cuique attributus est error,
sed non videmus manticae quod in tergo est"
("Un defecto dio el hado a cada hombre,pero nadie ve la alforja de su espalda")