viernes, 23 de junio de 2023

El poeta tocado por el don que conceden las musas


César Young Núñez
(Ciudad de Panamá, 1934 - 2017)
Poeta, profesor, columnista y narrador

RETRATO DE MI POESÍA DE MESES

La vi nacer en las pequeñas flores
que un buen amigo le llevó a su cuna,
y aunque me da vergüenza de decirlo,
su primera palabra fue un berrido.

Era tan humilde como aquel patio
que yo en mi corazón llamaba estadio.
Ciertamente no sé cómo decirlo,
pero el caso es que me orinaba mucho.

No acierto a comprender por qué miraba
con uno de sus ojos para arriba
y el derecho mirando para abajo.
¡Jamás pude sospechar por qué lo hacía!

Creo que no podré olvidarla nunca.
Ni su acento de búho en mis oídos
ni sus manos que enviaban las palomas
volando por las calles de mi frente.

Y siempre arderé en deseos de soñarla
como entonces, absorta y tan pequeña,
aunque digan muchos que están de acuerdo
que a veces no tenía qué ponerse.

A veces pienso que se me moría
como se muere un pájaro en la mano,
pues no hay pájaro de ocasión que cante
porque a la ocasión la pinten pájaro.

Creedme, amigos, yo nunca tuve
mis mejores intenciones para ella.
Augusta musa que en aquellos días
me sorprendiera cultivando alondras.

Desde aquel tiempo el último vestigio
abrió las alas que secó sus plumas.
Pobre alondra que no llegó muy lejos
pues se estrelló contra un poste eléctrico.

Compañera de todas mis locuras,
entre mis sueños te llevé conmigo
como la noche tibia de una amiga
o el silencio de un museo de cera.

De aquel tiempo feliz sólo ya queda
el mismo cielo azul y gris de siempre,
el retrato de un niño demacrado
y las flores que te llevó mi amigo...


"Calíope, musa de la poesía épica"
Charles Meynier
(París, 1768 - 1832)
Pintor historicista

DE NOCHE ME DESPIERTA EL TELÉFONO

Hace muchos días que el sol no sale por mis ojos.
Hace ya tanto tiempo que mis ojos no salen por el sol
ni las palabras te encuentran
como solían hacerlo cuando me llamabas.

Te remito ángeles por carta.
Te envío señales por satélite.
Mi cardiograma baila danza
y soy un corazón atravesado por una flecha.

Ya que Mahoma no va a la Montaña,
la Montaña te llama por teléfono.

¿QUÉ ES POESÍA?

¿Qué es poesía?
¡Diablos!
¿Y ustedes me lo preguntan?
¡Poesía soy yo!

MI ORACIÓN DOMINICAL

Dios te salve, María, y a mí también,
y aunque estas cosas no se arreglan por teléfono,
comprende que todos los días trabajo
y solo puedo llamarte los domingos.

Sabemos que sufres por los desvali(ja)dos
porque un buen día te apareciste a Fátima.
Heme aquí hoy desvali(ja)do,
pero no sufras por ello.

Nosotros también lloramos por ti,
porque te es difícil estar apareciendo
cuando quieres hacerlo.

Nos damos cuenta
que tienes mucho que hacer:
cocinar para Dios y darle de comer a los ángeles.

Dios te Salve, María, y a mí también.
Acuérdate que hoy es domingo
y la lotería juega a las doce.


"Erato, musa de la poesía amorosa"
François Boucher
(París, 1703 - 1770)
Pintor, dibujante y grabador de estilo rococó

POEMA VERTICAL

Me
coso
un
ojo
en
la
mano
y
te
miro
tocándote.

A SOLICITUD DE PARTE INTERESADA

Con la mano en el pecho de mi libro,
certifico que estos versos espantosos
no fueron escritos por mi mano.
Ustedes me preguntarán quién pudo ser.
La verdad sea dicha sin tapujos.
¡Fue mi pluma Sheaffer!

Verán ustedes, mis carísimos lectores.
Hice un trato con mi buena amiga la Poesía:
dos cajetillas de cigarrillos por poema,
y una caja de ecuanil para los nervios.
Menudo lío que me metí con este trato.
A cada rato me llamaba la pluma por teléfono
preguntándome el significado de un vocablo.

A los que hagan el esfuerzo de leerlos,
sin comerse los puntos y las comas
(no confundir con un restorán el libro)
desde la primera hasta la última palabra,
yo les doy las buenas noches.
Mi poesía es una droga de dormir.

Antes de terminar, les pido
ceñirse estrictamente a la receta.
No tengo ganas
de asistir a un entierro.


"Childhood"
Alexander Vitovskiy
(Ekaterimburgo, Rusia, 1978)
Pintor de arte contemporáneo

ADIÓS A LA INFANCIA

Adiós, infancia, ya te fuiste,
y yo no he de volver para encontrarte.
Inútil fue que te colgaras del tiempo
como un pez a un caballito de mar.
Quisiera verte ahora y llevarte de la mano
por las avenidas irreales del recuerdo.
Eras un valle de ternura,
sencillamente eso, un valle de ternura.
Nos queríamos tanto!
Querías ser pobre,
y ayudar a cruzar la calle a las viejitas.
¡Oh, Dios mío! ¡Qué buenas eras, Infancia!

En el invierno la lluvia corría por los techos,
mojaba la ropa de las lavanderas,
danzaba por las calles, humedecía el rostro de los pescadores
y viajaba en el navío blanco del alba.
La vida tenía el aroma de las tiras cómicas
y de los vendedores de frutas.
¡Ah, la vida, qué otra y qué distinta!

¡Oh, cómo quisiera no acordarme de estas cosas!
¡Dios mío, dame fuerzas!
¡San Gregorio Mártir, dame muchísima fuerza!
¿Qué haré contigo, Memoria, que me cuentas todo?
¡Pobre de mí! Jugabas a la gallina ciega,
eras a la vez Carlos Gardel, Joe Di Maggio y Kid Chocolate.
¡Paz! ¡Paz! ¡Memoria mía!

Perdóname. No quise recordarte
en esta tarde de mariposas bordadas en el viento.
¡Cálmate, ilusión que un día fue mi infancia!
Recordar es triste oficio.
Y hace unos momentos estuve a punto
de derramar océanos de lágrimas,
ahorros de lágrimas.

El tiempo, claro y veloz,
se tragó los calendarios.
Yo no pude impedirlo.
Pensé que tal vez nada iba a cambiar.
El cine, la playa adonde ibas a soñar lejanos viajes.
El fantasma aquél que se me apareció en una noche de luna.
Las golondrinas del parque que dormían el verano.
¡Oh, cómo quisiera decirte esto sin herirte!
Tuve que olvidarte para ir a las trincheras de la vida.
Debo explicarte que no me fue posible recordarte.
¡Tanta nostalgia no era posible!
¡Tanto dolor no era posible!

¡Oh, mísero de mi! Quisiera ser niño.
Matricularme en otra vida.
Aprender el lenguaje de los grillos.
Dentro de poco perteneceré al Partido Comunista.
¡Oh, cállate, ambición mía!
¡Si me fuera posible convivir con las hormigas!
(Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, ahora,
y en la hora de nuestra muerte.
¡AMEN!)

¡Mañana! ¡Mañana!
¿Quién dirá que tú existías?
¡Infancia mía para siempre muerta!
La tristeza vive conmigo.
La pobreza vive conmigo.
No sé como decirlo: agua, música, flores,
cumpleaños, sexo, hambre, muerte.

¡Mamá! ¡Mamá! ¡No puedo sufrir más!
¡Científicos japoneses, auxílienme!
¡Ludwig Van Beethoven, acude presto
con tus variaciones para un poeta moribundo!
Rezad, rezad por mí, el poeta no respira.
Poetas rusos, poetas del Brasil y del Atlántico,
os encargo el epitafio a mi cadáver.

(Oh! ¡Otra vez esa Voz! ¡Tal vez la voz de la Infancia!
No puede ser. Tal vez el espíritu que cité
una vez en una sesión espiritista).

Perdóname, Infancia. Perdónalos a todos.
Y si es posible, diles que no les guardo ningún rencor.
Que en mí vive el amor a la vida,
el amor a los seres y a las cosas.
Y que espero finalmente pintarle dos alas a la Poesía
y llevarla al cielo de las musas.

Adiós, Infancia, adiós. . .
Adiós, Infancia buena y pálida.
Infancia mía de mis buenos sueños.
Adiós te digo tiernamente. ¡Adiós! ¡Adiós!
Yo no he de volver. . .


"Shoes"
Vincent Willem van Gogh
(Zundert, 1853 - Auvers-sur-Oise, 1890)
Pintor postimpresionista

ELOGIO DEL ZAPATO

Yo me dejo llevar por mis zapatos
y no permito que me siga el otro
(cuando quiero bailar en un solo pie).

Lo cortés no me quita los zapatos,
si me encuentro en la calle con mujeres,
como ven, les presento mis zapatos.

El zapato es un método de viaje.
(Le choco a mis amigos los zapatos).
Y yo no le doy cuerda a mis zapatos
y ellos se levantan a la misma hora.

Pensar que Eva andaba sin zapatos,
y hay muchos niños con los pies desnudos,
se me ponen de punta los zapatos.

Por eso yo me voy a los infiernos,
porque según ya sé de muchos siglos,
no se usan zapatos en el cielo.

2

Es increíble la vida del zapato,
si se pierde uno, ya no existe el otro,
es como un matrimonio hasta la muerte.

No aguanto que me pisen los zapatos,
le declaro la guerra a quien lo haga,
y le pongo el zapato de sombrero.

(Y si hay algo que anda mal en este instante
—yo no sé si estoy viendo las estrellas—
es que me han dado duro en la cabeza
con un zapato que vomita rabia).

¡Qué me digo! Esto es un paréntesis.
Es que no sé por dónde voy pisando
y se me están saliendo los zapatos.

Por lo demás, hoy luzco zapatos nuevos.
Oh, ven maravillosa amiga mía,
puedo tomarme un trago en tu zapato,
puedo bailar con tu zapato un tango.

3

Mis mejores amigos los zapatos,
deben llevarme presto hasta mi casa,
que ya perdí contacto con la tierra
y de un momento a otro, sin pensarlo,
voy a estar haciendo aguas en la luna.

¡Oh! ¿Qué se han hecho mis zapatos nuevos?
(Llamo a mis zapatos por teléfono).
¡Vengan a buscarme en helicóptero!
Y por favor, no olviden los cordones.
—Al fin han llegado mis dos zapatos!—
—¡Barman! ¡Zapatos para todo el mundo!
YO PAGO!

TESTAMENTO POR SI LAS MOSCAS

Desde el asilo de Charenton
les escribo estas líneas:
repartan mis calzoncillos entre los pobres,
donen mis libros al Club 20-30,
mi trabajo en la compañía de seguros
deberá ser ocupado por Ernest Hemingway.
Un último y cariñoso recuerdo
a la mujer que más quise en este mundo.
A madre y mis hermanos
que me envíen un par de medias.
Quiero morir con las medias puestas.

(Poemas escritos por César Young Núñez)


Un poeta del absurdo, el humor, la ternura y la irreverencia
influido por la antipoesía de Nicanor Parra (Chile, 1914 - 2018)

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