por la puerta y saldríamos por la chimenea"
EL PRECIO DEL PARAÍSO
"En Bolivia fue un comerciante inglés el que introdujo, a principios del siglo XX, la extraña moda del bombín en las mujeres. Los hombres se tocan con el chullo, el gorro multicolor"
"Antonio García Barón luchó junto a Durruti en la guerra civil española. Huido a francia, defendió la Línea Maginot junto al ejército francés. Trató de escapar con las fuerzas británicas en Dunquerque, y apresado por los nazis, fue deportado al campo de exterminio de Mauthausen"
"Decía Ganivet en 1896 que entre los españoles hay una tendencia irresistible a transformar las ideas en instrumentos de combate"
"Al final se refugió en una orilla del Amazonas, se casó con una mujer de sangre india, nieta de un japonés, y tuvo con ella cinco hijos"
"Para él Europa era un continente maldito que fabricó más de noventa millones de cadáveres en el espacio de treinta años"
"Para subir en balsa de Caranavi a Rurrenabaque los indios empleaban treinta días"
"El hombre es más débil que la mosca,
pero más fuerte que el acero"
"Yo fui al frente, en España y en Europa, por una idea. Hoy día esa idea no sirve para nada, todo está degenerado. Sólo se vive para ganar más y más dinero"
(Monzón, Huesca, 1922 - San Buenaventura, Bolivia, 2008)
Luchador infatigable y Robinsón español
"Gumucio me habló de un aeropuerto fabricado con una rociada de cemento, de una torre de control que se confundía con la vegetación de la jungla, de aviones inciertos bajo tormentas tropicales, de avionetas de cocaineros"
"Bolivia, que debe su nombre a Bolívar, es la nación más india de América, tanto, que alguien quiso llamarla Bolindia"
"El nazi Klaus Barbie le organizó un ejército al narcotraficante Roberto Suárez, dueño de una flota de aviones, de aeropuertos de la pampa y la jungla, y hasta de bombarderos"
"Su civilización es la de la patata, que los indios del altiplano comen deshidratada, helada: el chuño. Se cuentan ciento doce clases de patatas"
"La droga, mamá coca. Primero fueron el oro y la plata; luego, el estaño, el caucho la goma del Amazonas y las maderas preciosas; y ahora, la cocaína"
"Uno de los barones de la droga, Roberto Suárez, amasó tanto dinero que una vez se ofreció para pagar la deuda externa de Bolivia. Se hacía acompañar por su mascota, un leopardo al que, en un acceso de generosidad, le regaló un lujoso automóvil"
"El autobús es un condensado de mondas, de cacas de niños, olores de comida, de tabaco y sudor agrio"
"El escritor D. H. Lawrence escribió con poca piedad que los indios bolivianos podían ser una degeneración de la raza cósmica que construyó Tiauanaco. Hablan por medio de graznidos y viven como lagartos pegados a las rocas"
"¿Cómo es que Bolivia tiene un Ministerio de Marina si no tiene salida al mar?, le preguntó un ministro argentino a un colega boliviano. ¿Y cómo es que tienen ustedes Ministerio de Justicia?, le respondió con mucha propiedad y prontitud el orgulloso ministro boliviano"
Manuel Ángel Leguineche Bollar
(Arrazua, Vizcaya, 1941 - Madrid, 2014)
Escritor, periodista, empresario y presentador de televisión
"Aquí las borracheras van acompañadas de cohetazos. La cuestión es armar ruido. Hay dinero para tomar, pero no para comer"
"Antonio García Barón vivió en el Amazonas azotado por el ataque de mosquitos, larvas, babosas, hormigas gigantes y marabuntas. A pesar de todo, lo consideraba un universo más cordial con sus monstruosas anacondas, sus pirañas y sus insectos asesinos"
"Hierba santa para el sarampión, aceite de boa contra el reumatismo, yerbabuena para los cólicos, manteca de iguana para los dolores musculares, cojones de mono para la virilidad apagada, toronja para la tensión alta, infusión de culantro para el paludismo, verdolaga para los riñones, saúco contra la tos, cocimiento de retama para el hígado, resina de grado para las infecciones bucales, jengibre para la úlcera, orégano para el mal del aire, el llantén para los males de estómago, el ojé para la anemia, la caraña para la hernia, la cocona para la diabetes, la catahua para la sarna y el ajo sacha para la artritis"
"Para la serpiente shushupi la noche es su elemento. No serpentea, va recta al objetivo. ¿Y qué decir de la tarántula, del alacrán, del ciempiés, que al picar en el oído te puede dejar sordo, o de la avispa pucacuro que deja ciegas a las personas y a los perros de caza?"
"Ya sé que la tecnología no es culpable, pero ya ves para lo que ha servido: para matar cada vez más y mejor"
"El que se fía, muere"
"Al salir por los Pirineos tras la guerra civil, los franceses nos recluyeron en un campo de refugiados. La ración de agua era de un cuatro de litro por cabeza y día, tres mil litros de agua potable o semipotable para dieciséis mil personas. Eso es lo que nos regalaba el socialismo francés"
"A cada seis hombres les daban un panecillo y un poco de agua sucia para comer. Nos trataron con increíble desprecio. La sarna, los piojos y las pústulas nos invadieron. Éramos les sales rouges, los sucios rojos, caídos en mala hora sobre los bancales de arena de Argelès-sur-Mer"
"No había luz ni calefacción bajo la tormenta, el granizo o la nieve. Olía a pus, a gangrena, a heridas ulceradas, a mierda y a pis"
"La derecha de De Gaulle nos trató mejor que los socialistas"
"Había comprobado en la guerra de España hasta dónde podía llegar el ser humano en su degradación"
"¿Por qué el hombre se mata por la comodidad? ¿Por qué no es capaz de acostumbrar su cuerpo tan sólo a lo necesario?"
"El desastre de los primeros días de la guerra del 36 en Monzón lo provocó aquella Amnistía General decretada por el gobierno de la República y de la que se beneficiaron muchos profesionales del crimen que se atribuyeron falsas etiquetas de partidos de izquierda"
"Mi abuela Manolina llamaba felicianos a los milicianos llegados de las cárceles de Cataluña. Eran los mismos que durante meses sembraron el pánico en toda la zona aragonesa perteneciente al bando republicano, asaltando viviendas y huertas, profanando iglesias y atemorizando a las mujeres"
"Saquearon iglesias y fusilaron Cristos. No es esto, no es esto, dijo Ortega y Gasset años antes. Si eres Dios —le gritaban a una talla de Cristo—, ¿por qué no te salvas?"
"Un reducido grupo de extremistas fue capaz de hacer bailar en la cuerda floja a toda la ciudad. ¡Salud, camarada!, y había que levantar el puño"
[Fragmentos tomados de Leguineche, Manuel: El precio del paraíso, Barcelona, Ediciones B, 2016, pp. 318, pvp: 12 euros]
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