viernes, 11 de octubre de 2013

El poeta al que dejó marcado Thomas Stearns Eliot

 
Vicente Sabido
(Mérida, 1953 - Granada, 2013)
 
ANTEPASADOS
 
Llegaron desde muy lejos.
Hartazgo de camino
sembrado de esperanza.
 
Hicieron sus cabañas,
sepulcros y alcazabas
con cánones exóticos.
 
Dejaban tras de sí
paisajes más bravíos,
recuerdo sin raigambre.
 
Eran escoria, ripio,
sin tiempo ni ventura.
 
Vinieron. Se quedaron.
Están. Somos nosotros.
 
 
Poblado ibérico del Puig de Sant Andreu en Ullastret
(Gerona)
 
LOS CONQUISTADORES
 
Dejaron sus paisajes
de piedra. Malvendieron
la yunta y el arado
en busca de esperanza.
 
De vino y de ilusión
sembraron los senderos.
(El viento de la muerte
tras ellos, sigiloso).
 
Hablaban de El Dorado,
de cielos en la tierra,
de mares de esmeralda,
del poder y la gloria.
 
Allí les esperaban
fiebres y encomenderos,
sangre y sudor, impuestos:
un lugar en la Historia.
 
 
Estatua ecuestre del explorador y conquistador
Francisco Pizarro González

(Trujillo, 1478 - Lima, 1541)
situada en la capital de Perú
 
INTRAHISTORIA
 
El hongo de Hiroshima.
El ENIAC, con sus 16.000 lámparas de vacío.
La fulgurante Guerra de los Seis Días.
El Voyager planeando sobre Júpiter.
La caída del muro de Berlín.
 
Y gira y gira el tiempo
como una campana enloquecida:
años, años, años
hacia atrás.
Y se detiene
en España. Castilla. Era del Señor
de 1376:
 
"Doy fe de los averes de la defuncta
Antonia Huete:
una sillica,
un crucifixo,
una tinaxa de agua."
 
[Poemas extraídos de Sabido, Vicente: Amor, Sevilla, Renacimiento, 2013, 1ª edición, (prólogo de José Julio Cabanillas), pp. 120]
 
 
El diseño de la cubierta es de Marie-Christine del Castillo

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