domingo, 5 de octubre de 2014

Puede que nunca regrese, pero yo sigo en esa playa


Playa de Altafulla con el Castillo de Tamarit al fondo

ALTAFULLA

No tiene el exotismo de raros lugares
paradisiacos. Tampoco el brillante glamour
de los destinos exclusivos de relumbrón
con gente de alcurnia, jet set, cocktails y flashes.

No es un sitio apartado al que van los yates
de políticos y famosos. No es el rincón
perdido de una isla en la que Salomón
halló el reino de Saba. Los narcotraficantes


Playa del pueblo de pescadores de Altafulla donde se puede ver, en el extremo septentrional, el lugar donde se encuentran las ruinas de la "Vil.la romana dels Munts" o "Villa romana de los Montones"

no lo encuentran suficientemente discreto
para realizar acciones de contrabando.
Carece de vegetación fértil, es desértico

y desangelado. Los romanos estuvieron
por aquí y dejaron las ruinas de un poblado.
Es una playa pobre para bañarse en sueños.

(Soneto alejandrino escrito por Andrés González Déniz)


En la playa de Altafulla un día del irrecuperable verano de 2013

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