sábado, 8 de octubre de 2016

No es de sensatos ponerse a jugar con el amor

 
Aristogitón y Harmodio
(Copia romana en bronce de la escultura hecha
por Kritios y Nesiotes en el siglo V a. C.)
(Museo Arqueológico Nacional de Nápoles)
 
HIPARCO Y HARMODIO
 
¿Para qué te enamoras, Hiparco, del primer joven
que encuentras? Si sabes, como yo, que del amor al odio
sólo hay un paso. ¿Por qué juegas con el bello Harmodio
a vengarte de la afrenta de su rechazo? No es
 
prudente haberle tendido una trampa. Cleómenes
por eso odiaba a los atenienses, como buen laconio.
Invitaste a su hermana para hacer de kanéphoros
en una procesión, y no resulta grato a los dioses
 
 
Aristogitón
Era el amante o erastés del bello joven Harmodio
(Finales del siglo I d. C.)
(Museo Nacional del Prado en Madrid)
 
que luego le negaras entrar en el ritual sagrado.
El amante de Aristogitón planeó lavar
esa mancha asesinándote. En sueños, un vaso
 
con sangre Venus derramó sobre tu cara. Vengado
por tu hermano, perdiste la vida. ¿Aprenderás
cuando ya es tarde? El deseo te hizo desgraciado.
 
(Poema escrito por Andrés González Déniz)
 
 
Fresco de la tumba del Saltador
(475 a. C.)
(Colonia griega de Paestum en la península itálica)

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