THE RIVER
I come from
down in the valley
where,
mister, when you're young
they bring
you up to do like your daddy done.
Me and Mary,
we met in high school
when she
was just seventeen.
We'd ride
out of this valley down
to where
the fields were green.
We'd go
down to the river
and into
the river we'd dive.
Oh, down to
the river we'd ride!
Then I got
Mary pregnant
and, man,
that was all she wrote.
And for my
nineteenth birthday
I got a
union card and a wedding coat.
We went
down to the courthouse
and the
judge put it all to rest.
No wedding
day smiles,
no walk
down the aisle,
no flowers,
no wedding dress.
That night
we went down to the river
and into
the river we'd dive.
Oh, down to
the river we did ride!
I got a job
working construction
for the
Johnstown Company,
but lately
there ain't been much work
on account
of the economy.
Now all the
things that seemed so important,
well,
mister, they vanished right into the air.
Now I just
act like I don't remember,
Mary acts
like she don't care.
But I
remember us riding in my brother's car,
her body tan
and wet down at the reservoir.
At night on
the banks I'd lie awake
and pull
her close just to feel each breath she'd take.
Now those
memories come back to haunt me,
they haunt
me like a curse.
Is a dream,
a lie if it don't come true?
Or is it
something worse
that sends
me down to the river
though I
know the river is dry?
That sends
me down to the river tonight,
down to the
river, my baby and I.
Oh, down to
the river we ride!
(Canción compuesta e interpretada por Bruce Springsteen con
la “E Street Band” en el álbum “The River” publicado en 1980)
Ocupa el puesto 250 entre los mejores 500 discos
de todos los tiempos según la revista "Rolling Stone"
EL RÍO DEL AMOR DEL AYER
Provengo de lo más profundo de un valle
en el que cuando eres joven te educan
del mismo modo que a tus padres.
Yo y Mary nos conocimos en el instituto
cuando ella tenía diecisiete años.
Nosotros recorríamos este valle
de un extremo al otro disfrutando
la verde explosión de su esplendor
y luego acudíamos al río
y en él nadábamos.
Era como si encima de él
cabalgásemos.
Un día Mary se quedó embarazada
y eso fue todo lo que me dijo en una carta.
En mi diecinueve cumpleaños
obtuve una alianza de matrimonio
y un usado traje negro de novios.
Fuimos al juzgado y el hombre de la toga
cumplió el ritual e hizo lo convenido.
No hubo sonrisas en el día de mi boda
ni bromas de recién casados, tampoco flores
ni vestido nupcial de gala femenino.
Esa noche volvimos al río y en él buceamos,
aquel río que nos vio ser felices antaño.
Poco después empecé a trabajar de obrero
para la compañía constructora Johnstown,
pero en breve tiempo quedé en el paro
como consecuencia de la crisis económica.
Todas las cosas que parecían tan importantes
se desvanecieron en el aire. Ahora actúo
como un sonámbulo que no recuerda nada
y Mary se comporta como si todo le diera igual.
A pesar de todo, siento nostalgia de cuando íbamos
en el coche de mi hermano y besaba su cuerpo
bronceado y húmedo en el asiento de atrás.
Por las noches sobre un banco soñaba despierto
y la apretaba contra mí para respirar su aliento.
Hoy esos recuerdos vuelven para hacerme daño:
me muerden como una maldición.
¿Fue un sueño o una mentira que no ocurrió?
¿Y no será algo peor esta extraña fuerza
que me empuja a volver al río
aunque su cauce hace mucho que se secó?
Solamente sé que siento el impulso
de regresar al río con Mary
para volver a bañarnos los dos.
(Traducción de Andrés González Déniz)
"Nadie puede bañarse dos veces en el mismo río"
Heráclito de Éfeso
(Jonia, 540 a. C. - 480 a. C.)
Filósofo presocrático
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