Tortuga Caimán
(Macrochelys Temminckii)
Con su boca puede arrancar de cuajo los dedos de una persona
UN CASO DE INGENIERÍA ZOOLÓGICA
La tortuga caimán vive en la
semioscuridad de las aguas pantanosas de Norteamérica vinculadas al trayecto de
los ríos Missouri y Mississippi. Yace en los fondos limosos cubierta de algas aparentando ser una roca que sobresale del
lecho de fango. Quieta, astuta y silenciosa, abre las fauces para mostrar una
minúscula lengua vermiforme de color rojizo que atrae a los peces por su
semejanza con una lombriz jugosa. Capaz de resistir en esa posición estática sin
tomar oxígeno durante una hora, cuando un pez se siente atraído por ese cebo y
se aproxima, las mandíbulas de esta sauropsida se cierran de manera implacable,
capturando la presa que pasa a ser deglutida de inmediato.
En su caparazón luce tres hileras osteodérmicas dorsales
Enterados de este procedimiento
carnívoro, algunos ecologistas defensores de la naturaleza en el mejor de los
mundos posibles se indignaron por la crueldad con la que estos quelonios se
alimentaban, así que emprendieron una campaña para extirparles los apéndices
linguales tramposos. Como consecuencia de tal medida quirúrgica, fueron
desapareciendo por inanición estos reptiles acorazados hasta su extinción
absoluta. Ahora las mismas almas cándidas, bienintencionadas y ecológicas se
quejan de la desaparición de las tortugas caimán provocada por la intervención
de la mano del hombre.
(Ficción breve escrita por Andrés González Déniz)
Puede alcanzar 80 cm de longitud y 110 kg de peso
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