miércoles, 24 de diciembre de 2008

Puerto de la Cruz, tan cercano y querido


Cuando trabajé en el IES Agustín de Bethencourt pasé algunos de los mejores días de mi vida. Los compañeros fueron en extremo amables, el personal no docente me ayudó a establecerme y los alumnos llegaron al extremo de obsequiarme con una bandeja grabada antes de irme. Recuerdo que por las noches iba en busca de algún bar donde cantaran música sudamericana en vivo. Precisamente una canción de Horacio Guaraní es la que identifico con este maravilloso rincón turístico: "Puerto de la Cruz, tan lejano y querido, pedacito de frío, sol de mi corazón, mi pequeña canción, como un largo lamento, palomita en el viento, te llevará mi voz, mi voz perdida en el adiós, adiós de amor, locura del ayer, ayer de fuego bajo el caserón, el caserón refugio del amor, amor de amar bajo la nieve gris y el gris del mar golpeando el ventanal, el ventanal donde tu boca a zul, azul, azul, tu boca junto al mar. Puerto de la Cruz, pedacito de mi alma, mi guitarra en el alba suele a veces llorar. Las gaviotas del mar, si preguntan por ella, diles que en una estrella la volveré a encontrar. Y el mar, el mar, de nuevo me dirá, dirá tu voz perdida en el adiós, adiós de amor, locura del ayer, ayer que vuelve con tu risa azul, azul, azul, tu boca junto al mar: mirar caer la nieve, enloquecer, enloquecer bajo aquel caserón, la nieve y tú y mi viejo Puerto de la Cruz."

No hay comentarios:

Publicar un comentario