Francisco Gómez de Quevedo y Santibáñez Villegas
(Madrid, 1580 - Ciudad Real, 1645)
Monumento a Quevedo en Madrid
(Madrid, 1580 - Ciudad Real, 1645)
QUEVEDO
Podría haber construido la literatura por sí solo
si antes o después que él no hubiera existido nunca.
Atacó con rabiosa saña y excesiva furia las mentiras
y construyó una torre de papel con sátiras impúdicas.
Tuvo medradoras ambiciones políticas defraudadas,
incluso una vez hubo de esconderse tras una máscara
huyendo despavorido del suelo itálico. Vivió
para ver los ideales en los que tanto había creído
resquebrajarse. Quiso ver plasmado un imperio católico
pero lo vio caer sobre sus pies de barro. La monarquía
de la divina justicia fue su ideal, así en el cielo
como en la tierra. Pero las murallas de esa podrida
patria no podían soportar a quien cantara sus verdades.
Lo encarcelaron y rumió su melancolía hasta apartarse.
Podría haber construido la literatura por sí solo
si antes o después que él no hubiera existido nunca.
Atacó con rabiosa saña y excesiva furia las mentiras
y construyó una torre de papel con sátiras impúdicas.
Tuvo medradoras ambiciones políticas defraudadas,
incluso una vez hubo de esconderse tras una máscara
huyendo despavorido del suelo itálico. Vivió
para ver los ideales en los que tanto había creído
resquebrajarse. Quiso ver plasmado un imperio católico
pero lo vio caer sobre sus pies de barro. La monarquía
de la divina justicia fue su ideal, así en el cielo
como en la tierra. Pero las murallas de esa podrida
patria no podían soportar a quien cantara sus verdades.
Lo encarcelaron y rumió su melancolía hasta apartarse.
Monumento a Quevedo en Madrid
(1902)
Escultura de Agustín Querol
(Tortosa, 1869 - Madrid, 1909)
CITAS QUEVEDESCAS
(Tortosa, 1869 - Madrid, 1909)
CITAS QUEVEDESCAS
El que quiere de esta vida todas las cosas a su gusto, tendrá muchos disgustos.
* * *
La soberbia nunca baja de donde sube, pero siempre cae de donde subió.
* * *
No hace la codicia que suceda lo que queremos, ni el temor que no suceda lo que recelamos.
* * *
Nadie ofrece tanto como el que no va a cumplir.
* * *
Donde hay poca justicia es un peligro tener razón.
* * *
Lo mucho se vuelve poco con desear otro poco más.
* * *
Muchos son buenos si se da crédito a los testigos; pocos si se toma declaración a su conciencia.
* * *
La posesión de la salud es como la de la hacienda, que se goza gastándola, y si no se gasta no se goza.
* * *
No es sabio el que sabe donde está el tesoro, sino el que trabaja y lo saca.
* * *
Nunca mejora su estado quien muda solamente de lugar y no de vida y de costumbres.
Nada escapaba a la atenta mirada de Quevedo
Si haces bien para que te lo agradezcan, mercader eres, no bienhechor; codicioso, no caritativo.
Si haces bien para que te lo agradezcan, mercader eres, no bienhechor; codicioso, no caritativo.
* * *
No se debe mostrar la verdad desnuda, sino en camisa.
* * *
Todos los que parecen estúpidos, lo son. Y además, también lo son la mitad de los que no lo parecen.
* * *
Por nuestra codicia lo mucho es poco; por nuestra necesidad lo poco es mucho.
* * *
Vive sólo para ti si pudieres,
pues sólo para ti, si mueres, mueres.
* * *
El ocio es la pérdida del salario.
* * *
No es dichoso aquél a quien la fortuna no puede dar más, sino aquel a quien no puede quitar nada.
* * *
Creyendo lo peor, casi siempre se acierta.
* * *
Los que de corazón se quieren
sólo con el corazón se hablan.
* * *
Menos mal hacen los delincuentes que un mal juez.
* * *
Si quieres que te sigan las mujeres,
ponte delante de ellas.
* * *
Pocos oyen murmurar de otro, que no les parezca poco lo que oyen y verdad lo que creen.
* * *
Bien acierta quien sospecha que siempre yerra.
POEMAS DE QUEVEDO
DESCUIDO DEL DIVERTIDO VIVIR
Vivir es caminar breve jornada,
y muerte viva es, Lico, nuestra vida,
ayer al frágil cuerpo amanecida,
cada instante en el cuerpo sepultada.
Nada que siendo, es poco; y será nada
en poco tiempo, que ambiciosa olvida;
pues, de la vanidad mal persuadida,
anhela duración, tierra animada.
Llevada de engañoso pensamiento
y de esperanza burladora y ciega,
tropezará en el mismo monumento.
Como el que divertido el mar navega,
y sin moverse vuela con el viento
y antes que piense en acercarse, llega.
Casa en Torre de Abad donde Quevedo se retiró antes de morir
ARREPENTIMIENTO Y LÁGRIMAS
Huye sin percibirse, lento, el día,
y la hora secreta y recatada
con silencio se acerca, y despreciada,
lleva tras sí la edad lozana mía.
La vida nueva, que en niñez ardía,
la juventud robusta y engañada,
en el postrer invierno sepultada,
yace entre negra sombra y nieve fría.
No sentí resbalar, mudos, los años;
hoy los lloro pasados, y los veo
riendo de mis lágrimas y daños.
Mi penitencia deba a mi deseo,
Mi penitencia deba a mi deseo,
pues me deben la vida mis engaños,
y espero el mal que paso, y no lo creo.
Sus enemigos intentaron zaherirle llamándolo "maestro de errores, doctor en desvergüenzas, licenciado en bufonerías, bachiller en suciedades, catedrático de vicios y protodiablo entre los hombres"
BREVEDAD DE LA VIDA
Fue sueño ayer; mañana será tierra.
Poco antes, nada; y poco después, humo.
Y destino ambiciones, y presumo
apenas punto al cerco que me cierra.
Breve combate de importuna guerra,
en mi defensa, soy peligro sumo;
y mientras con mis armas me consumo,
menos me hospeda el cuerpo que me entierra.
Ya no es ayer; mañana no ha llegado;
hoy pasa, y es, y fue, con movimiento
que a la muerte me lleva despeñado.
Azadas son la hora y el momento
que, a jornal de mi pena y mi cuidado,
cavan en mi vivir mi monumento.
Cayo Julio César
(Roma, 100 - 44 a.C.)
Pintura de Peter Paul Rubens
(Siegen, 1577 - Amberes, 1640)
ELEGANTE ENSEÑANZA
Falleció César, fortunado y fuerte;
ignoran la piedad y el escarmiento
señas de su glorioso monumento:
porque también para el sepulcro hay muerte.
Muere la vida, y de la misma suerte
muere el entierro rico y opulento;
la hora, con oculto movimiento,
aun calla el grito que la fama vierte.
Devanan sol y luna, noche y día,
del mundo la robusta vida, y lloras
las advertencias que la edad te envía.
Risueña enfermedad son las auroras;
lima de la salud es su alegría:
Licas, sepultureros son las horas.
Plaza Mayor de Villanueva de los Infantes, pueblo donde murió Quevedo
DILIGENCIA DE LA MUERTE
Ya formidable y espantoso suena
dentro del corazón el postrer día
y la última hora, negra y fría,
se acerca de temor y sombras llena.
Si agradable descanso, paz serena,
la muerte en traje de dolor envía,
señas da su desdén de cortesía:
más tiene de caricia que de pena.
¿Qué pretende el temor desacordado
de la que a rescatar, piadosa, viene
espíritu en miserias anudado?
Llegue rogada, pues mi bien previene;
hálleme agradecido, no asustado;
mi vida acabe, y mi vivir ordene.
Quevedo es como un faro literario para todos los misántropos
Buenas noches Andres, mis felicitaciones por este post de Quevedo, si necesita imagenes de Villanueva de Los Infantes digamelo y se las envio ya sabe que mi sposo es infanteño y vamos frecuentemente.
ResponderEliminarAlli esta la habitacion donde fallecio, con la cama y el famoso escritorio,asi como manuscritos de sus ultimos dias.
Feliz descanso
una mujer