José Luis García Martín
(Aldeanueva del Camino, Cáceres, 1950)
UN PATRIOTA
En tanto defendía mi patria en las trincheras,
una mujer que quise me olvidó en otros brazos.
Ellos siguen viviendo en un país cobarde;
Giacomo Taldegardo Francesco
di Sales Saverio Pietro Leopardi
(Recanati, 1798 - Nápoles, 1837)
GIACOMO LEOPARDI
Translúcidas palabras en el papel dibujan
la exacta geometría de la desesperanza.
REGRESO
¿A qué volviste si volvía contigo
¿A qué volviste si volvía contigo
el aroma de días que nunca han de volver?
Immanuel Kant
(Königsberg, 1724 - 1804)
CRÍTICA DE LA RAZÓN PURA
No conocí mujer. No tuve amigos.
Descortés, puntual, infatigable,
os vine a despertar de un dulce sueño,
le di la vuelta al mundo en mi retiro,
mostré su gris revés, su rostro ciego.
El olor de la yerba tras la lluvia,
la luz dorada y seca del otoño,
el calor de otra mano en nuestras manos,
esa flauta que alza en la distancia
el vidrio frágil de su melodía...
son flores de papel, ceniza, polvo,
que un soplo frío esparce para siempre.
Sabemos sólo que nada sabemos.
¿O no sabemos ni siquiera eso?
Arthur Rimbaud
(Charleville, 1854 - Marsella, 1891)
en 1871 con diecisiete años
RIMBAUD
Noches, andenes, turbiedad del cielo,
¡si pudiera escapar sin llevarme conmigo!
TRES NOCHES
Junto al camino de Chikuzen,
una cabaña abandonada.
Tres noches he dormido en ella.
La primera noche soñé
que tú dormías conmigo.
La segunda noche soñé
que nos bañábamos juntos
en la bahía de Akashi.
La tercera noche soñé
que dormía viejo y solo
en una cabaña abandonada
junto al camino de Chikuzen.
Publio Virgilio Marón
(Mantua, 70 a. C. - Brindisi, 19 a. C.)
VIRGILIO
Dejo el libro, salgo al balcón, escucho
los amigos silencios de la luna.
EL ÚLTIMO INVITADO
Se han ido despidiendo los amigos
y antes de que pudieras darte cuenta
estás bebiendo solo una vez más.
Tú también quieres irte a alguna parte
donde sin fin la fiesta continúe.
Pero no puedes. Hay un invitado
que falta por llegar. Abres la puerta,
te sientas a esperarlo, miras lejos
lentas luces de barcos en la noche.
Un último invitado. Tienes miedo
a que al final decida no venir.
Se te cierran los ojos. No te importe.
Puede que al verlo llores como un niño.
Mejor que llegue cuando estés dormido.
Marina Ivánovna Tsvietáieva
(Moscú, 1892 - Yelábuga, 1941)
MARINA TSVIETÁIEVA
Anduve enamorada del amor
y no encontré el amor en parte alguna.
Todas las casas son ajenas para mí,
ajenos para mí todos los cuerpos.
Mi patria no es mi lengua,
ni tampoco la calle de mi infancia.
No me importa en qué lengua
han de desentenderme los lectores.
Yo estaba fuera de mi patria
cuando estaba en mi patria.
Como madera que arrastra la corriente,
encallada quedé en cualquier parte.
Nada fue nunca mío,
ni siquiera lo que creí más mío.
Nací muerta. A un muerto
habéis golpeado hasta sangrar.
Tenéis sangre en las manos.
No es mi sangre, es la vuestra.
Ya estaba sola cuando no estaba sola.
Ya estaba muerta cuando estaba con vida.
Fernando António Nogueira de Seabra Pessoa
(Lisboa, 1888 - 1935)
EPITAFIO PARA FERNANDO PESSOA
Pasé, como viento en la noche, desconocido y solo.
Una mujer me amó o dijo que me amaba.
Yo sólo amé palabras sin ventura.
Ahora estoy muerto, como siempre estuve.
NADIE, NADA
Ya todos mis recuerdos son ajenos,
lo que a mí me pasó le pasó a otro.
Hubo un niño que lleva mi nombre
y sólo existe en las fotografías.
La tarde aquella, el fresco amanecer,
los dos, desnudos bajo las estrellas,
dicha y desdicha, sombras en el agua,
palabras en la arena que alguien borra.
Soñé lo que creí haber vivido,
viví lo que creí haber soñado,
besé con labios que no eran los míos.
Imagino que fui, que soy, que sigo siendo.
Mi nombre es ninguno y es legión,
soy todos y soy nadie, nada, Dios.
[Poemas tomados de García Martín, José Luis: La aventura (Antología poética), Salamanca, Renacimiento, 2011, (edición, selección y prólogo de Rosa Navarro Durán), pp. 236]
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