lunes, 20 de agosto de 2012

En torno a la metástasis de la democracia española



¿Y POR QUÉ NO
DOS MILLONES
DE ASESORES MÁS?

Los españoles pagamos 850 millones de euros para que los distintos cargos de las cuatro Administraciones -la central, la autonómica, la provincial y la municipal- dispongan de al menos 17.000 asesores, si bien la cifra real la desconocemos y puede ser muy superior. Resulta que la media de lo que cobra cada uno de esos asistentes se eleva a 50.000 euros. Resulta que Ana Botella paga con nuestro dinero a 254 asesores en el ayuntamiento madrileño, mientras que en París esa cifra se reduce a 36. Resulta que de los 17 asesores que ha contratado el municipio de Orihuela, 8 de ellos no tienen ni el graduado escolar.


Viñeta de "El Roto"
Andrés Rábago García
(Madrid, 1947)

Resulta que los asesores de los 17 parlamentos autonómicos nos cuestan 15.000.000 de euros y los del Congreso de los Diputados 7,47 millones. Resulta que cerca de 3.000.000 de euros gastó el Parlamento Vasco en pagar con nuestro dinero a sus asesores, un millón más de lo que derrocha el Senado para que le asesoren. Resulta que la Comunidad de Madrid tiene contratados con el dinero de los contribuyentes a 263 personas "de confianza". Resulta que cada asesor de la Junta Asturiana está remunerado con 79.405 euros, sueldo similar al del presidente del Gobierno. Resulta que en personal de confianza el presidente Griñán gasta en Andalucía cerca de 10.000.000 de euros anuales sufragados a través de los impuestos con que sangra a los andaluces.


Viñeta de "Forges"
Antonio Fraguas de Pablo
(Madrid, 1942)

Los asesores, en fin, como todo el mundo sabe, son una camelancia inventada por la clase política y la casta sindical para enchufar a parientes, amiguetes y paniaguados. Se comprende que la opinión pública considere a los partidos políticos el tercero de los diez grandes problemas que atosigan a los españoles. Derrochan a manos llenas y con el mayor cinismo el dinero de unos impuestos casi confiscatorios. Al capítulo de los asesores habrá que sumar el de los empleados de las 4.000 empresas públicas, casi todas deficitarias y, por supuesto, esa cifra abrumadora de los 32.000 funcionarios y empleados de las cuatro Administraciones que en 1977 no llegaban a 700.000.

(Fragmento de un artículo de opinión escrito por Luis María Ansón
que publicó el periódico "El Mundo" el martes 31 de julio de 2012)


Luis María Ansón Oliart
(Madrid, 1935)
El monarca de las letras del periodismo español

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