martes, 6 de mayo de 2014

Te recuerdo, Publio, has de saber que no te olvido

 
Publio Ovidio Nasón
(Sulmona, 43 a. C. - Tomis, 17 d. C.)
Estatua pedestre realizada por el escultor italiano Ettore Ferrari
situada frente al Museo Arqueológico Nacional de Constanza,
nombre actual de la ciudad rumana donde el poeta murió
 
OVIDIO EN EL EXILIO
 
Todavía estaban candentes las sábanas del lecho
cuando me vi expulsado del paraíso de sus brazos.
Aquí, en esta orilla lejana del Ponto, amargo
medito sobre mi idilio con Julia y el despecho
 
con que su padre, el emperador Augusto, al destierro
nos condenó. Recuerdo las dulces caricias de sus manos
llevarme al éxtasis. Añoro inspirar sus orgasmos
y extasiarme por ser tan prodigioso el privilegio
 
 
"Ovid banished from Rome"
("Ovidio desterrado de Roma")
(Óleo sobre lienzo, 1838)
Joseph Malord William Turner
(Covent Garden, 1775 - Chelsea, 1851)
 
de ser el amante de la hija única de Octavio.
¿Cómo puede ser la vida tan cruel por un breve desliz?
Ninguna respuesta recibo a mis cartas. Aún reclamo
 
el sencillo derecho a poder morir donde viví.
¿Es acaso un imposible? ¿Tan grave fue mi pecado?
Alegre es el inicio del hombre y triste su fin.
 
(Poema escrito por Andrés González Déniz)
 
 
Atardecer en la playa de Mamaia, al norte de Constanza, la antigua
Tomis donde Publius Ovidius Naso pasó los últimos ocho años de su vida

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