Ruinas de la sala de archivos del Palacio Real de Ebla
LA PRIMERA BIBLIOTECA
DE LA HISTORIA
Tira-Il acaba de escribir en una tablilla
doscientos ochenta y nueve topónimos de pueblos
y ciudades. Se dispone a dejar su aposento
del Palacio Real en lo más alto de la colina.
Vista aérea del yacimiento arqueológico del Palacio Real de Ebla
Ha sido un firme día de trabajo en arcilla
sobre la que grabó, con un buril en el alfabeto
cuneiforme, que todo aquel que actúe malévolo
será destruido por las divinidades eblaítas:
Tabla de arcilla que contiene un texto epistolar en escritura
cuneiforme con un mensaje del rey de Mari dirigido al rey de Ebla
el dios Sol, la airada Tempestad y el voraz Viento.
Es hora de ir a cenar gachas con ajos y cecina
cuando escucha gritos de horror. Atacan los puestos
Restos de una zona residencial de Ebla, hoy llamada Tell Mardikh
de guardia unas hordas bárbaras que a las alquerías
y pastos han prendido fuego. Proceden del Mar Negro
y vienen a quemar los archivos. Ebla está perdida.
(Poema escrito por Andrés González Déniz)
La destrucción de Ebla en el año 2335 a. C. fue la primera llevada a cabo por alguien desconocido: quizá el rey de Mari, tal vez Sargón I, o bien su nieto Naram-Sin; la segunda acaeció en el año 2000 a. C., pero la tercera y definitiva la cometieron los hititas en el año 1600 a. C.
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