Isola Tiberina con el "Ponte Rotto" en primer término
LA EPIDEMIA DE 1656 EN ROMA
Invocad a la Virgen Santa, San Sebastián y San Roque.
Poned rejas a las puertas de los palacios y las casas.
Ventilad las estancias, los salones. Abrid las ventanas,
que circulen cautas patrullas vigilantes y degollen
Puente Cestio
a quienes no cumplan con estas normas. Fumigad con áloe,
almizcle, mejorana, romero, menta, tomillo, ámbar,
ajedrea, cantueso, canela, ajenjo y lavanda.
Ingerid bolarménico, terra
sigillata, pociones
Puente Fabricio
de triaca, mitridato, esmeralda, mirra y agárico.
Provocad la sudoración. Escarificad los bubones.
Cauterizad las heridas aplicándoles los emplastos.
Templo de Esculapio en la isla Tiberina junto al puente Emilio
Practicad sangrías en los apostemas con incisiones.
Recurrid a blandos cataplasmas con elementos cáusticos
y aislad en lazaretos a todo el que muestre lesiones.
El puente Emilio (Pons Aemilius) o "Puente Roto"
Márchense a las montañas quienes aún se sientan sanos.
Cúbranse con túnicas para evitar las emisiones
de fetidez que atestarán las fosas de apestados.
(Poema escrito por Andrés González Déniz)
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