domingo, 10 de agosto de 2014

Cuando anduve indagando en el corazón de Europa

 
Karlúv Most
(Puente de Carlos IV)
 
CERCA DEL PUENTE DE CARLOS
 
Todas las noches nos familiarizamos con la muerte
y al despertar vuelve la vida a reaparecer.
Morir no es diferente a dormir, soñar tal vez
con los jardines elíseos donde ansiaron verse
 
 
El puente de Carlos IV por la noche sobre el Moldava
 
cuantos han rezado esperanzadamente con fe.
Paseo por una desconocida calle praguense
en medio de la penumbra nocturna. Una inerte
niebla cubre las casas a pocos metros de mis pies.
 
 
Treinta estatuas jalonan el puente que fue una esencial vía de conexión entre la Europa occidental y la oriental durante cinco siglos
 
Por la inclinación del trazado sinuoso intuyo
que debo estar yendo en dirección hacia el río,
tan perdido como Athanasius Pernath cuando estuvo
 
 
El puente de Carlos IV, o Puente de Piedra, se comenzó a construir en 1357 tras la destrucción por una riada del anterior de Judith
 
buscando al Golem entre las sombras del barrio judío.
Vivir no es otra cosa que un preguntar absurdo
cuya respuesta esencial no encuentro en los libros.
 
(Poema escrito por Andrés González Déniz)
 
 
La cúpula de la izquierda pertenece a la iglesia de San Francisco de Asís, mientras que a la derecha se yergue la vieja torre del puente

3 comentarios:

  1. Un poema precioso. Me encanta el principio. "Todas las
    noches nos familiarizamos con la muerte y al despertar vuelve la vida a reaparecer."

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  2. Gracias, Alejandro. No hay mucha gente como tú.

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  3. Créeme que sí. Lo que pasa es que no comentan. Pero son muchos los que valoran las palabras que salen de tu imaginación y se plasman sobre el papel. En este caso sobre Internet.

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