John Fitzgerald Kennedy
(Massachusetts, 1917 - Dallas, 1963)
Jacqueline Lee Bouvier
(Nueva York, 1929 - 1994)
THE SOUND OF
SILENCE
Hello, darkness, my old friend.
I've come to talk with you again,
because a vision softly creeping
left its seeds while I was sleeping
and the vision that was planted
in my brain still remains
within the sound of silence.
In restless dreams I walked alone
narrow streets of cobblestone.
'Neath the halo of a street lamp
I turned my collar to the cold and damp
when my eyes were stabbed
by the flash of a neon light
that split the night
and touched the sound of silence.
Arthur Garfunkel (Nueva York, 1941) y Paul Simon (Newark, 1941)
And in the naked light I saw
ten thousand people, maybe more.
People talking without speaking,
people hearing without listening,
people writing songs that voices never share
and no one dared disturb the sound of silence.
"Fools", said I, "You do not know
silence like a cancer grows.
Hear my words that I might teach you,
take my arms that I might reach you",
but my words, like silent raindrops fell
and echoed in the wells of silence.
And the people bowed and prayed
to the neon God they made
and the sign flashed out its warning
in the words that it was forming,
and the sign said:
"The words of the prophets
are written on the subway walls
and tenement halls and whispered
in the sounds of silence.”
(Canción compuesta por Paul Simon y grabada por él mismo junto con Art Garfunkel en marzo de 1964 a raíz del asesinato del presidente John Fitzgerald Kennedy el día 22 de noviembre de 1963)
Portada del disco sencillo publicado en octubre de 1964
EL SONIDO DEL SILENCIO
¡Hola,
oscuridad, vieja amiga!
He venido a
charlar contigo de nuevo
porque una
visión arrastrándose
imperceptiblemente
dejó su semilla
mientras estaba durmiendo.
Esa imagen se
implantó en mi cerebro
y permanece ahí con la fuerza
del sonido del
silencio.
Dentro de un
sueño inquietante
paseé en solitario
por estrechas
calles antiguas.
Bajo el halo de
la luz de una farola
levanté el
cuello de mi chaqueta
con tal de
protegerme de la humedad y el frío.
Por un momento
mis ojos fueron apuñalados
con el destello
de una luz de neón
que rompió la
noche y me hizo entrar de lleno
en los sonidos
del silencio.
John Fitzgerald Kennedy momentos antes de ser asesinado en el estado de Tejas por una conjura de la mafia, los anticastristas y el Pentágono cuando contaba sólo con 46 años de edad, crimen del que se culpó a un inocente Lee Harvey Oswald que no realizó ni un solo disparo ni hubiera podido acertar desde el lugar donde se encontraba
Deslumbrado de
esa forma
vi a diez mil personas, quizá más.
Gente que
hablaba sin decir nada.
Gente que oía
sin escuchar.
Gente
escribiendo canciones
que ningún ser
humano va a cantar.
Y nadie se
atrevió a perturbar
el sonido de ese
silencio.
"¡Idiotas!",
grité, "¡ustedes no saben
que el silencio
se expande como un cáncer!
¡Escuchen las
palabras que podría enseñarles.
Sujeten estos
brazos con los que podría abrazarles!"
Pero mis voces,
como silenciosas gotas de lluvia,
cayeron
haciéndose eco en pozos de silencio.
Entonces, la
multitud se inclinó
para rezar al Dios de las
luces
que habían creado en las ciudades.
Al instante, en un
letrero
se encendió una advertencia.
Se trataba de un
mensaje que decía:
"Las
palabras de los profetas
están escritas
en las paredes del metro
y en los
zaguanes de los edificios
para ser
murmuradas
con indescifrables
sonidos.”
(Traducción de Andrés
González Déniz)
Álbum publicado en 1966 en el que se incluyó este tema
No hace mucho publiqué una entrada parecida, la canción que nació unos meses después del asesinato del presidente. Un abrazo
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