martes, 16 de enero de 2018

Una crónica reveladora de la Revolución ominosa

 
La ilustración de la portada de este libro es una fotografía
tomada durante la Revolución bolchevique en 1917
 
LA REVOLUCIÓN RUSA:
HISTORIA Y MEMORIA
 
"La Unión Soviética fue el país de los campos de concentración, del terror estalinista, de la ocupación de Afganistán y de la prohibición de viajar al extranjero"
 
"El sistema del comunismo demostró en la URSS su incapacidad para mejorar la vida humana"
 
"A Alexander Fedorovich Kerenski lo despertaron el 27 de febrero de 1917 a las ocho de la mañana para decirle que la Duma había decidido, contraviniendo al zar, prorrogar sus sesiones"
 
"Kerenski se enteró también del levantamiento de un destacamento de soldados en Volinski y del asesinato de dos oficiales, pasos iniciales de una violencia que devendría revolucionaria"
 
"Vladimir Ilich Ulianov, un exiliado ruso que vivía por entonces en Zúrich, se hacía llamar Lenin y no era tan viejo, pues sólo tenía 47 años"
 
"Lenin, y otro buen número de revolucionarios exiliados, aceptaron la oferta del gobierno alemán de viajar en un tren sellado. Alcanzaron Petrogrado el 3 de abril de 1917"
 
"En febrero de 1917, Josif Dzhugashvili, que usaba para su trabajo político el pseudónimo de Stalin, estaba desterrado en Achinsk, una pequeña ciudad siberiana. Allí, como a todo el imperio, llegó la noticia de la Revolución a través del telégrafo"
 
"Stalin, acompañado por otros dos bolcheviques desterrados, Lev Kamenev y Vera Schweitzer, se encaminó a Petrogrado en el Transiberiano. No llegaría hasta el 12 de marzo"
 
"También Nikita Jrushev supo de la noticia por telégrafo, y años después recordaría con cuánta alegría había leído aquel telegrama. Jrushev trabajaba por entonces en la siderurgia de Rutchénkovo, en la región ucraniana del Donbas"
 
"Leon Davidovich Bronstein, apodado Trotsky, era uno de los principales líderes socialistas rusos, y por entonces estaba exiliado en Nueva York"
 
 
Estatua del zar Nicolás II derribada el 3 de marzo de 1917 en Petrogrado (ciudad que fue fundada por Pedro el Grande en 1703 y llamada Leningrado después de 1924 y San Petersburgo desde 1991)
 
"Trotsky llegaría a Petrogrado en mayo, después de una larga peripecia y una detención en Inglaterra"
 
"El aspirante a cadete Sergei Mamontov iba a examinarse para lograrlo, pero si había estallado la revolución, entonces no habría examen. Sólo por eso empezó a desear una revolución. ¡Cuán superficiales y egoístas son las motivaciones humanas!"
 
"Olga Morgan era una adolescente, hija de una aristocrática familia ruso-americana. Se había retirado con su familia a un palacete en el campo. Allí la noticia de la revolución les cogió de improviso. Su madre era, según ella, un poco ingenua y no se había dado cuenta de nada. Lo único que habían notado era que los sirvientes se habían vuelto un poco desagradables. Luego, una noche, vino un grupo de soldados, les registraron y les robaron una colección de armas antiguas"
 
"Estrictamente hablando, la Revolución rusa fue la de febrero de 1917. Octubre fue un golpe de Estado, un alzamiento, un pronunciamiento, no una revolución"
 
"La llamada Revolución bolchevique que comienza con la toma del Palacio de Invierno es casi por completo falsa"
 
"En 1939, tras el pacto Mólotov-Ribbentrop de no agresión mutua con la Alemania nazi en el que ambas naciones se repartían Polonia, es cuando La revolución rusa se puede dar por terminada, y lo que emerge entonces es un régimen estable con sus propias características"
 
"En general, las revueltas no han servido nunca para transformar en poco tiempo y radicalmente los sistemas económicos y sociales existentes"
 
 
Joachim von Ribbentrop (Wesel, 1893 - Núremberg, 1946), Josif Stalin (Gori, 1878 - Moscú, 1953) y Viacheslav Molotov (Kukarka, 1890 - Moscú, 1986) en Moscú durante la firma del cínico tratado de no agresión Mólotov-Ribbentrop el 23 de agosto de 1939
 
"En la noche del 17 de diciembre de 1916 Rasputín fue asesinado por un grupo de conspiradores, miembros de la alta nobleza"
 
"San Petersburgo era, como afirma Karl Schlögel, el laboratorio de la modernidad romántica, exaltada y mortífera
 
"Ningún régimen puede ser derrotado hasta que sus poderes administrativo y militar se quiebran, y esto no fue posible sin la I Guerra Mundial que devastó buena parte del imperio zarista"
 
"La Revolución rusa implicó en realidad una serie de mutaciones rápidas concurrentes y superpuestas: la revolución política que derribó al Zar y lo sustituyó por un gobierno democrático; luego, un golpe de Estado que acabó por la fuerza con el ensayo de democracia; a continuación, una transformación de índole social comenzada con la auto-emancipación de las clases bajas y que finiquitó los restos del feudalismo pero que fue mucho más allá hasta iniciar unos cambios que constituyeron verdaderos experimentos de ingeniería social controlados por una élite dictatorial; esto se unió a una revolución económica sin precedentes en la que se destruyó por completo el régimen de propiedad existente y se cambió por un tipo de propiedad y de economía estatalizada y dirigida"
 
"Para el campesinado la Revolución significaba el reparto de tierras de la nobleza y el clero"
 
"En la primera revolución de 1905, dentro de una serie de revueltas desencadenadas por una inesperada derrota militar ante Japón y una masacre de 130 personas frente al Palacio de Invierno, el zar Nicolás II introdujo unas reformas que instauraban una monarquía parlamentaria, aunque muy limitada en su alcance. Nicolás II estableció una Duma o Parlamento que podía ser disuelto por el emperador. Desde 1906 hasta 1917 se sucedieron cuatro Dumas. El amago del zar de disolver la cuarta Duma en diciembre de 1916 fue lo que dio el aldabonazo final para la Revolución de febrero de 1917"
 
[Fragmentos tomados de Faraldo Jarillo, José María: La Revolución rusa: Historia y memoria, Madrid, Alianza editorial, 2017, 1ª edición, (colección "El libro de bolsillo", sección de Historia, nº H77), (diseño de la cubierta de Manuel Estrada), pp. 233, pvp: 9'81 euros]
 
 
José María Faraldo Jarillo
Escritor, historiador, investigador, traductor literario
y profesor de la Universidad Complutense de Madrid

1 comentario:

  1. Está bien no olvidar pero que no nos atormente la historia. Un abrazo

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