UN VIEJO AMIGO DE CHARLAS
Para Agustín Benítez, que en la gloria descansa
Ahora que eres ciudadano de la muerte
y el Imperio de lo Oscuro es tu patria,
añoro beber juntos y trazar planes hacia
otro mundo que no dependiera de la suerte
ni del designio opresor. Reíamos. Verte
junto a mí en una noche iluminada
es fácil. Basta cerrar los ojos y la barra
del casino en la que sobre los vasos vierte
el camarero licor, me parece más real
que tener los ojos abiertos y no hallarte.
No sé por qué todo es tan rápido y baladí
cuando las horas parecían siempre alargarse.
No sé cómo te pudiste ir y ser letal
la enfermedad que eligió despreciarme a mí.
Una maravilla, y qué desolación.
ResponderEliminarAndrés, tienes una naturaleza especial cuando escribes, la perdida de un amigo, es así...; el dolor es inmenso, pero siempre digo, cuando se va alguien para siempre, que quedará afortunadamente en nuestro recuerdo.
Besos.