martes, 4 de agosto de 2009

El último Gran Maestre del Temple



JACQUES DE MOLAY

Tuve una flota de bajeles y puertos privados,
una franja de tierras en el contorno de París
y un ejército de hombres dispuestos a morir
por reconquistar para la Cruz los lugares sagrados.

Custodié un tesoro y mi Orden fue el mayor banco
de Europa. El rey fue mi deudor y no me sometí
ni siquiera a la potestad del Vaticano. Viví
el éxito de tomar Jerusalén con mis soldados.

Y ahora heme aquí, engañado por el Papa
y Felipe IV de Francia. Me hicieron venir
de Chipre con la excusa de una nueva cruzada

para luego detenerme y obligarme a mentir
bajo tortura. Para robar la fortuna templaria
arderé en la hoguera y se harán con el botín.


Jacques Bernard de Molay

(Vitrey, 1240 - París, 1314)

fue incinerado vivo en una pira


Placa conmemorativa en el lugar donde fue quemado

El Gran Maestre ardió delante de la catedral de Notre-Dame

(Ilustración de Carlos Fonseca)

Los turistas pasamos despreocupados por el lugar

y no hay una estatua que lo recuerde,

tal vez porque fue una felonía cometida

por el rey Felipe IV y el Papa Clemente V

1 comentario:

  1. Desconocía esta parte de la historia.Gracias por acercármela, Andrés.


    Y agradezco tu comparación entre mis versos y los de Pizarnik.Es un orgullo para mí que vengan de parte tuya,un gran conocedor de la literatura.
    Un abrazo!

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