ATRACCIÓN MITOCONDRIAL
Como dos bacterias surtas bajo la corteza terrestre
juraron amarse, a pesar de ser autosuficientes,
desde hace millones de años nos atrajeron nuestros
fluidos emitiendo espontáneos impulsos eléctricos.
Amebas poseedoras de información genética fundamental
Nos prometimos amarnos en aquel entorno salvaje,
deseábamos absorbernos en dual fagocitosis.
Durante todo este tiempo de eras interminables
nos fuimos desdoblando por obra de la partenogénesis
División celular
con la ilusión de llegar algún día a enlazarnos.
El precio a pagar sería que el momento de la unión
duraría un instante, un soplo en el extrarradio
Espermatozoide atravesando la membrana ovular
de algún punto perdido del universo. Éramos dos
organismos unicelulares que se hicieron parásitos
el uno del otro, como virus en mutua absorción.
Óvulo fecundado en fase de mórula inicial
Qué interesante.me ha encantado y además es muy instructivo.
ResponderEliminarUn saludo.