miércoles, 12 de octubre de 2011

El escritor que atestiguó cómo cambiaba la historia


Iconografía de la II República española


"En Madrid se vive en un estado de equilibrio entre la somnolencia y la normalidad. La gente de aquí duerme un poco, es de comprensión lenta y las cosas hay que pedirlas dos o tres veces. El clima de Madrid tiene variaciones muy bruscas"


"Confieso que de Madrid apenas me interesa nada. Es una ciudad donde se come pésimamente. La cocina más común de esta importante ciudad es de una monótona vulgaridad. Los garbanzos no me han gustado nunca. Los huevos fritos y el bistec con patatas, menos aún. Los vinos nacionales son de una pretensión grotesca, son demasiado fuertes y todos son pastosos"



El joven Josep Pla


"En general, la vida intelectual de esta ciudad no tiene el menor interés: es una cosa vacua e hiperbólica, pasada de moda, como la mayor parte de la cultura profesional europea: un enorme fracaso"

"El periodismo, como mínimo, llena la vida mental de la gente cultivada del país. El interés por los libros es escaso, paupérrimo"

"Madrid está considerada en Barcelona como una ciudad de sensibilidad política, al igual que Barcelona está considerada en Madrid como una ciudad de sensibilidad económica"


Puerta del Sol en 1930


"Una vez en Madrid me dediqué una temporada a coleccionar grandes hombres políticos. Creo que no hallé ninguno. ¿Dónde están los grandes hombres políticos? Todos los que he tratado me parecieron, más o menos, una mezcla de inconsciencia y de estrategia inmediata, sin el menor interés humano"

"Madrid es hoy una ciudad moderna. Sin embargo, casi todo su confort es aparente y falso. No hay forma de encontrar una buena cama, una pared que no deje pasar los ruidos, una puerta o una ventana que cierren bien. Las casas más nuevas y aparatosas de la Gran Vía parecen de feria, están hechas con materiales de derribo. En Madrid uno siempre tiene la sensación de estar viviendo a la intemperie, en medio de la calle. Las casas no poseen ninguna intimidad, son frías"


Gran Vía de Madrid en 1930


"Resulta curioso constatar que, a veces, los hombres empiezan a volverse sensatos cuando lo tienen todo perdido"

"Extraviado en medio del hormiguero, observo cómo el comercio se apresura a destruir y esconder los símbolos monárquicos. En el Hotel del Príncipe de Asturias, carrera de San Jerónimo, veo una bandera republicana sobre la palabra "Príncipe" del letrero de la calle. El establecimiento se ha convertido, de forma instantánea, en Hotel de Asturias"

"Se empiezan a oír las primeras notas de La marsellesa. Después, constato que un grupo de ciudadanos comienza a entonar el Himno de Riego. El pueblo ignora ambas canciones. Desafinan. El conocimiento de la letra es escaso. Cantan mal"




"Entre los obreros de la construcción el himno más conocido es La Internacional, aprendida en la Casa del Pueblo. La severidad de este himno se transforma en Madrid en una cosa atenorada, con algún que otro gallo"

"Todos los que miro siguen con cara de monárquicos. Los gritos de "viva" y "abajo" son innumerables. Todo coge un aire de verbena triunfante, un aire de alborozo franco y desenfrenado -sólo que es una verbena política. La gente se abraza, grita, suda y canta"


Proclamación de la II República en la Puerta del Sol el 14 de abril de 1931


"Los círculos aristocráticos eran una especie de baluartes monárquicos. En estos círculos se ha producido como una especie de campeonato para ver quién izaba primero la bandera republicana"

"La frivolidad de Madrid -que en las clases altas parece una copia de la de París-, el carácter insondable de esta ciudad, tan pobre y mísera, el cretinismo de las clases cuya única razón de existir ha sido el carnaval de la Monarquía, ha constituido un fenómeno de lo más extraordinario"

"En primera plana, los periódicos publican el documento del Rey. Es un manifiesto al país cuya particularidad consiste en no contener renuncia alguna a ningún derecho de la familia real"


"Alfonso XIII con el uniforme de húsares de Pavía"
(1902)
Joaquín Sorolla y Bastida
(Valencia, 1863 - Madrid, 1923)


"Grupos de aspecto suburbial, con alguna mujer, ligeramente bebidos, con banderas, latas de petróleo, trozos de estatuas mutiladas o derribadas, van y vienen por las calles, gritando y cantando, pero con aire de estar ya un poco cansados"

"Personas desconocidas y de vaga procedencia asaltan los taxis y camiones que han tenido la desgracia de hallarse en el centro de Madrid en estas horas de amontonamiento humano, y emprenden un carrusel endiablado por las calles que durará hasta mañana a la misma hora"

"La gente se va espesando de un modo mareante. El coche está absolutamente parado. Dos neumáticos reventados. A veces el coche avanza un palmo o dos, porque los empujones humanos lo hacen avanzar. -¡Este cabrón de la bandera! -suelta una mujer gorda metiendo la cabeza dentro del coche"


Algarabía callejera por la proclamación de la República en Madrid


"En un momento dado, oigo a Paragüitas que le dice al chófer, contundente:
-¡Rodríguez!
-Usted dirá, señor...
-¡Nada de señor! Aquí todos somos republicanos"

"Macià ha proclamado en Barcelona la República Catalana. ¿Quiere ello decir que queda prejuzgada la forma que va a tomar la República, es decir, que la República será federal?

"Toda época de inmovilidad política hace ganar dinero. En cambio, las revoluciones empobrecen. Una de las cosas más inexplicables de la vida es que no pueda ganarse siempre dinero. Las ondulaciones de la vida son inconcebibles"


Contento republicano en Barcelona


"Para progresar hay que ir contra algo"

"En la política española no ha habido más que caciquismo. Todo político es un oligarca más o menos disimulado"

"Hacer más que Barcelona, ser más que Barcelona, ésta ha sido una de las pasiones de Madrid, pero es una pasión pueril"

"Una revolución, ¿acaso es algo más que un simple cambio de personal?"


Francesc Macià proclama la República Catalana
desde el balcón del Palau de la Generalitat de Catalunya


"¡Cuánta gente innominada hay en el Congreso de los Diputados! ¡Cuánta gente sin nada que hacer! En su escaño, con los brazos cruzados, Romanones parecía un pájaro de lujo disecado"

"El triunfo conserva, da salud, aumenta la vitalidad. El señor Macià tendrá este aspecto brillante mientras mande"

"A estos diputados que han votado la supresión de la pena de muerte, ¡cuántos entierros les va a tocar presidir!"

"La democracia, el parlamentarismo, no ha producido en España más que un enorme papeleo"

[Citas tomadas de Pla, Josep: Madrid, el advenimiento de la República, Madrid, Diario "Público", 2011, (traducción de Xavier Pericay), pp. 157]



1 comentario:

  1. Ay, Madrid! Veo que a Pla tampoco le pasaron deapercibidas las incomodidades de esta ciudad, que si para pasar un fin de semana, o algo más, está muy bien, pero vivir en ella resulta bastante heavy.
    Saludos

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