Pedro García Cabrera
(Vallehermoso, 1905 - Santa Cruz de Tenerife, 1981)
RESPUESTA DE LOS OTROS
Nosotros también somos
pequeños industriales
con gestos de aluminio,
pequeños comerciantes
con pasos enjaulados,
tecnócratas del álgebra
y demás galeotes del etcétera.
Época en la que resultó elegido como concejal y portavoz republicano-socialista del Ayuntamiento y el Cabildo de Santa Cruz de Tenerife tras las elecciones de 1931
Nosotros también somos
botones automáticos
de ascensores que suben y que bajan,
los comandos de lujo de la pena,
bielas que no se paran,
que no pueden pararse
aunque silben los muros.
El 18 de julio de 1936 sería detenido, encarcelado en La Isleta
y deportado a Villa Cisneros (Dakhla) por la militancia de sus ideas
No hay piezas de recambio
para el ir y venir de las sienes,
para nuestra piel de tambor golpeado,
para nuestra tristeza de no pisar la luna
después de tanta calma destruida.
Foto familiar del poeta en su isla natal de La Gomera
Fabricamos la paz de los cañones,
vendemos ademanes y arcoiris,
hipotecamos nuestra sombra.
Y luego nos lavamos el cerebro
con jabones de olvido
sin espuma ni aroma.
Pedro García Cabrera (de pie en el centro)
con otros compañeros escritores
No entramos con un ángulo correcto
en nuestra intimidad que nos acusa
piedras de desamor sisándonos el sueño.
Barométricos pulsos nos miden el descanso.
Pedro García Cabrera y su esposa Matilde Torres
Contra reloj amamos,
contra reloj comemos en familia,
contra reloj dormimos
a reojo del canto de los gallos.
(Nosotros sólo somos el recuerdo de nidos
que en las vigas maestras de la infancia
dejaron al pasar las golondrinas).
A Pedro le gustaban los símbolos que unían a los canarios
No podemos pararnos.
No hay estación de término
para este desvivirse.
Nos está prohibido aparcar la esperanza.
(Poema de Pedro García Cabrera incluido en su libro
Hora punta del hombre que se publicó en 1969)
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