miércoles, 26 de octubre de 2011

El escritor que respiraba la poesía en silencio


Manuel González Sosa
(Santa María de Guía, 1921 - Las Palmas de Gran Canaria, 2011)

PARÁBOLA

La higuera sobre el aire se volcaba
quemada por la flama de la tarde.
Roto de plenitud, a mi cobarde
apetito su fruto se brindaba

y dudando pasé de largo. Pero
volví para comerlo. Era testigo
del convite fugaz yo solo. El higo
no medró para darse al pudridero.




Sino frutal marcó también mi suerte.
Batida sin cesar, mi sangre cuaja
la pulpa que a colmar vendrá la muerte.

Que alguien pase a mi lado en el momento
de la plena sazón que me desgaja,
si no un íntimo enjambre, quizá el viento.




 
NOSTALGIA

Aquel durazno... busco, y no lo encuentro.
Ni aquel cañaveral, ni la palmera
que entregaba, sensual, su cabellera
al viento que aún retoza. Allá adentro
la cosecha de ausencias precipita
vaharadas de sombra y va velando
las horas que el cenit está incendiando
con los jirones de una luz marchita.




Pero la muerte es sólo una mudanza.
Todo lo acoge bajo los cristales
de su fanal la bienaventuranza.
Árboles, muros, rostros, cuántas cosas
que faltan de este paisaje están cabales,
vivas, en mi recuerdo. Y más hermosas.




DEVENIR DEL HOMBRE

¿Llega un tiempo tal vez en que las manos
pierden su vocación de aves rapaces?
¿El corazón se cubre de cenizas
antes de que lo escondan bajo tierra?
¿Tenemos nuestra sangre socavada
y por sus minas entra cualquier día
una lenta marea que nos pudre
con narcótica sal las avideces?
¿Vivir es ir juntando ansiosamente
sueños, deseos, esperanzas, para
abandonarlos luego uno a uno
sin que rabia o dolor llenen sus huecos?




(¿Vine a cumplirme sólo en este islote
móvil y tenue que es mi sombra en fuga
y estorban las raíces que hambreaban
viciosamente halagos de otros humus?)

¿O todo estriba acaso en que una fuerza
misericorde así nos va templando
para llegar curtidos a la fragua
donde, omnímodo adiós, quemas tu hierro?



Los hermanos Pedro y Manuel González Sosa
en su pueblo natal de Guía allá por el año 2001

 
ANTE UNA CASA EN RUINAS

Aquí latió la sangre y se fue trasvasando.
Día a día ardió el sueño como hoguera secreta.
Dolor o gozo antaño a veces abrevaron
criaturas ya perdidas en la muerte o las leguas.

Alguna, en este instante, de seguro el abrigo
de este nidal vejado conmovida recuerda,
y echa a andar de repente su memoria a la busca
de un tiempo generoso de las horas risueñas.


Calle del municipio norteño de Santa María de Guía

(Entra un pájaro oscuro por la cuenca vacía
de la ventana. Cae, repentina, una piedra
sobre la tarde. Pasa su tenue mano el viento
por el vello erizado del lomo de la puerta.)

Mas no hallará siquiera un rastro evanescente
esa sombra anhelosa que aquí acaso ahora llega.
La dicha se deshace más pronto que las cosas
y de sus ascuas queda solamente la ausencia.

(Poemas escritos por el insigne poeta canario Manuel González Sosa)


"Aquí el destino tendrá por fuerza que enterrar
la amarga simiente vana de mi cuerpo muerto."
Manuel González Sosa
(Gran Canaria, 1921 - 2011)

No hay comentarios:

Publicar un comentario